Fuente: La Tercera.
En los próximos días, el embajador Adolfo Zaldívar llegará de regreso de sus vacaciones a Buenos Aires. Y una de sus primeras tareas será concretar una reunión con el secretario de Comercio de ese país, Guillermo Moreno. ¿El objetivo? Reclamar por la nueva norma de ese país de control de importaciones.
Desde el 1 de febrero, cada empresa argentina debe presentar una Declaración Jurada Anticipada de Importación, para ser autorizada por el gobierno. La medida busca proteger la producción nacional y gatilló, en las semanas previas, enérgicos reclamos de los gobiernos de Brasil y Uruguay.
En Chile, varios empresarios habían instado -en reserva- a la Cancillería a expresar su inquietud a la Casa Rosada.
Ayer, Zaldívar conversó por teléfono con el canciller Alfredo Moreno y, un par de horas después, se reunió en La Moneda con el ministro Andrés Chadwick (Segegob). Tras los diálogos, el embajador dijo a La Tercera que "claramente tenemos una diferencia que debe ser debidamente considerada por Argentina, dado que nuestra balanza comercial es tres a uno a favor de ellos, entonces no vemos por qué se nos restringe el uno nuestro aún más. Argentina debería revisar ese planteamiento, que con Chile es claramente desfavorable".
Zaldívar agregó que "Chile tiene una relación comercial deficitaria con Argentina y no entendemos cómo y por qué el secretario Moreno quiere restringirla más".
Las trabas comerciales se transformaban así en un factor adicional de tensión en la agenda con la Casa Rosada. Todo, en la antesala de la visita que Cristina Fernández planea realizar en marzo a Santiago.
Esto pues, además de la nueva norma comercial, en La Moneda admiten inquietud ante la ofensiva argentina por la cuestión de las islas Malvinas, con miras a la conmemoración en abril próximo de los 30 años del conflicto con Reino Unido.
Así, ayer en la mañana, en La Moneda reconocían alta expectación ante el acto que la mandataria de ese país concretó anoche en la Casa Rosada con ex combatientes de la Guerra de las Malvinas. La razón: los matutinos argentinos especulaban profusamente que Cristina K anunciaría el término de un acuerdo de 1999, entre Buenos Aires y Londres, que habilita el espacio aéreo transandino para que la aerolínea chilena Lan conecte Punta Arenas con las islas, con escala en la localidad argentina de Río Gallegos. Medida que, sin embargo, no fue anunciada por la mandataria (ver página 3).
Este tema genera un complejo cuadro para la Cancillería chilena. Esto, pues ante la ofensiva argentina, Reino Unido ha lanzado, a su vez, una fuerte estrategia para evitar que los países de la región respalden un eventual bloqueo desde Buenos Aires a las islas. Así, Londres criticó la decisión del Mercosur -incluido Chile- de prohibir en diciembre el acceso a sus puertos de los barcos con bandera de Malvinas. Además, el encargado para América del Sur de la Cancillería británica, Jeremy Browne, visitará Santiago en marzo.