Autor Tema: Escritores despiden con letras bañadas en emoción y rabia a Lemebel  (Leído 2732 veces)

Desconectado Ed. Carvajal

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Autores critican que el artista nacional no haya recibido el Nacional de Literatura

Escritores despiden con letras bañadas en emoción y rabia a Lemebel

Escritores y amigos reaccionan ante la muerte de Lemebel y expresan su pesar, tanto como el descontento por la falta de reconocimiento en el marco del Premio Nacional de Literatura 2014. El escritor y artista visual murió la noche del jueves producto de un cáncer de laringe que lo aquejaba hace tres años, dejando un legado que sus colegas destacan.

Pía Barros, escritora feminista:

“El mundo de los activistas rabiosos y eficientes ha perdido la grandeza de Pedro. Estos 22 días de su final, nos acercaron a Pedro Mardones (el amigo de toda mi vida) y también hicieron crecer a Pedro Lemebel, el personaje que él construyó a punta de una creatividad sólo comparable a Violeta. Cambió el modo de mirar de Chile. Qué más se puede pedir a la literatura. Gracias, Pedro”.

Eduardo Yentzen, director de revista cultural “La Bicicleta”:

“Pedro, profundo, creativo, osado, irreverente, auténtico.

Inspiración para todo ser humano a jugárselas en la vida por las propias opciones y verdades.

Mi valoración hacia ti y hacia tu obra, y mi recuerdo imborrable”.

Carlos Labbé, escritor y crítico literario, lamentó la noticia y destacó para esta ocasión el último párrafo de su ensayo “El estrabismo antipinochetista de esta narrativa chilena”,  sobre el maltrato y atención equívoca a la obra de Pedro Lemebel:

“Cierro un ojo, ese con que estoy enfocando mal, pero eso no significa que te esté haciendo un guiño; quien escribe está siempre consciente de que la política es un texto fácilmente legible por todos en este vagón, y que, al revés, una página es fácilmente legible desde un punto de vista político: o convocamos a otros –a la multitud que va a entrar en la siguiente estación–, o no me convoco más que a mí mismo, mi único lector. Toda persona que viaja en el metro o en el Transantiago o a pie en los diferentes Chiles es antipinochetista, pero –como los anticolonialistas y los peronistas– existen antipinochetistas de izquierda y antipinochetistas de derecha. El Premio Nacional a Lemebel, por ejemplo, anunciaría que otras hablas y otros géneros son tan necesarios para tramar el relato de Chile como la novela y el poemario. Sin embargo, una vez más desenfocamos el problema que está en primer plano: a un Premio Nacional de Chile solamente lo puede postular una institución, y en el caso de Lemebel lo hizo el tinglado corporativo-oligárquico de la editorial Planeta, la revista The Clinic y la Universidad Diego Portales. A ti, como a todos en este vagón, te revienta la manera en que las elites usan una obra avanzada y popular para asegurarse otra vez el control social mediante una transa económica. Y con Lemebel –el cronista loca de la pobla, el performer mapurbe que intervino sexualmente el antipinochetismo de izquierda, el autor o autora lumpenproletario que perdió su furia cuando se enfermó mortalmente– tampoco vemos por el otro ojo cómo la capital, el Capital nos manipula; él o ella no tiene ya nada que perder, porque nunca ha tenido nada, ni voz ni cuerpo ni lugar dentro de una nación sucesivamente colonizada, conservadora, liberal, socialdemócrata, neoliberal, aunque siempre una sola y limpia su mirada –unánime, cómplice, graciosa su escritura– fija en un pasado reciente y borroneados sus otros tiempos, y sin darme cuenta te estoy describiendo la escritura de Antonio Skármeta, el más seguro ganador del Premio Nacional este año. Pero la literatura tiene otro defecto, que la arrebata de las instituciones y nos lleva consigo: una mirada a largo plazo que me sobrepasa, una multitud de voces durante una lectura que vuelve –me dices, y nos abrimos paso hacia la puerta, porque aquí nos bajamos”.

Galo Ghigliotto, escritor y editor:

“Triste forma de empezar este viernes 23 de enero de 2015 con la noticia de la muerte de Pedro Lemebel. Quienes tuvimos la suerte de compartir con él pudimos constatar que se amistaba con personas de diversos ámbitos con naturalidad, gracias a su sentido del humor y personalidad única. Sin duda muchos más pudieron conocerlo a través de su obra, de sus títulos o frases que han pasado a ser parte del léxico cotidiano de algunos, de esa literatura que influyó en toda una generación de escritores jóvenes, marcando un estilo, proponiendo una bandera. Lo más triste de todo es que, junto a la pena que acarrea la noticia, emerge también otra emoción inevitable: la desilusión. Pensar que el año pasado Lemebel pudo ver reconocida su obra en Chile con un premio nacional que tenía absolutamente merecido. Es triste constatar cómo, en un país que está iniciando una serie de cambios –fin al binominal, fin al lucro en la educación, pacto de unión civil– las “autoridades” culturales, quienes deberían ir a la vanguardia de estos avances abriendo caminos y señalando nuevas rutas a la sociedad, se farrean la oportunidad de destacar la obra de un artista que deslumbró a su terrorífica época, no sólo a través de una literatura rompedora, sino de inolvidables performances, videos, fotos, etc. Lemebel instaló temas cuando nadie se atrevía siquiera a mencionarlos y los desarrolló con tremenda sensibilidad literaria. Pero el premio recayó en otro escritor, según dijeron ciertas voces como una forma de “saldar una deuda política”… pero me pregunto ¿qué más político que pasear desnudo a caballo junto a otro artista, en un país donde a diario morían personas sólo por pensar distinto? Al fin y al cabo un galardón y una pensión vitalicia importan menos que el cariño de su público, lo que se había ganado hace rato. Recuerdo una conversación con Lemebel, sobre una actividad a realizarse en la inmensa Sala de las Artes de la Estación Mapocho: Pedro, con toda naturalidad, dijo “esa sala yo la lleno”, y era cierto. Dos meses más tarde se realizó en ese lugar una actividad con Pedro como invitado: fuera del recinto había largas filas de gente tratando de entrar. Nada más me queda decirle: querido Pedro, aquí te recordarán tus fans, y como dijo Piero ‘de vez en cuando viene bien dormir’”.

Fabio Salas, escritor y experto musical en rock:

“La partida de Pedro ocurre en la cúspide de su carrera literaria. Recuerdo la primera entrevista que apareció en la prensa chilena sobre las ‘Yeguas del Apocalipsis’, entrevista que realicé en revista Cauce en 1988, y todo el largo camino hasta su consagración desde aquel lejano Colectivo de Escritores Jóvenes en la Sech (1984). Pedro Lemebel abrió un espacio para la igualdad de género en la literatura nacional y ese mérito no se lo disputará nadie. Creo que en el futuro harán falta más voces como la suya, comprometidas y radicales”.

Ramón Díaz Eterovic, escritor y autor de la saga policial del detective Heredia:

“Lo primero es lamentar su muerte y expresar mis condolencias a sus familiares, sus amigos y sus lectores. Con Lemebel pertenecemos a una misma generación literaria y me tocó conocer su trabajo desde sus inicios, en los años de la dictadura, y hasta la fecha, ya convertido en una voz muy particular y significativa de nuestra literatura, y también en un autor que representaba el sentir de muchas personas, trascendiendo con ello el medio literario.

Uno de sus primeros cuentos lo incluimos con Diego Muñoz en una antología que se llama ‘Andar con cuentos’ y que publicó la editorial Mosquitos en 1992. Hace 23 años. A esa fecha, Lemebel había dado a conocer su libro ‘Incontables’, publicado, si mal no recuerdo, por la editorial que dirigía Pía Barros. Lemebel instaló en la literatura chilena el lenguaje y las vivencias de un mundo marginal y reprimido, que hasta entonces no había tenido una adecuada representación. Y en esa línea generó un sello propio y deja huellas”.

Claudio Bertoni, poeta:

“Pena porque se va y gusto porque descansa”.

Sergio Gómez, escritor:

“Nada más decir que Pedro era el mejor escritor chileno actual. No darle el premio Nacional fue una rapiña típica de mediocres”.

Claudia Apablaza, escritora:

“Lemebel fue uno de los primeros autores chilenos que leí con desgarro y furia. Cuando comencé a leer por mi cuenta y andaba buscando autores chilenos que no fueran Isabel Allende ni Skármeta, me encontré con sus dos libros de crónicas, publicados en Lom: ‘Loco afán’ y ‘De perlas y cicatrices’. Encontré en esos libros una voz potente y rabiosa, encontré una voz particular y honesta que habla desde el cuerpo, desde los márgenes de una sociedad y es el único escritor chileno que trabajaba en esa mezcla de denuncia y cuerpo que hacía tan particular su escritura. Siento mucho esta pérdida, siento mucho no seguir leyéndolo, tal como sentí la muerte de Bolaño, sientes que queda un vacío importante, un hoyo negro en la literatura. Anoche estaba en Twitter y volví a ver todo más negro cuando un twittero dijo: ¿Perdón, quién es Pedro Lemebel? Perdonen mi ignorancia. En fin, todo mal”.

Poli Délano, escritor:

“Con  Pedro, además de las jornadas  nacionales en ferias y protestas, vagamos horas por las callecitas de Buenos Aires, que tienen ese qué sé yo, ¿viste?, y también callejeamos muchos rincones de La Habana Vieja. Admiro la valentía y el desenfado con que  siempre enfrentó la mirada hostil de una sociedad represiva, hipócrita y discriminatoria. Además, un deslumbrante cronista de nuestro mundo. Pedro, ¡no descanses en paz, sigue peleando!”.

Virginia Vidal, escritora:

“Lucidez y pasión, ferocidad y ternura, generosidad y coraje, pocos escritores más valientes y más hombres que Pedro Lemebel. El Premio Iberoamericano de Letras José Donoso fue honrado por él. Este escritor fiel a sus orígenes, reconocido por su valentía y desgarradora sinceridad, más allá del elogio, la injuria, la compasión, se entregó por entero a la defensa de la justicia y la dignidad. Lo dijo todo en su Manifiesto (“Hablo por mi diferencia”), texto que leyó interviniendo en un acto político de la izquierda en plena dictadura, en septiembre de 1986.

Bolaño lo llamó ‘el mejor poeta de mi generación’. Nada se saca con ubicarlo en el tiempo. La historia de Chile no tuvo otro poeta como Pedro Lemebel. Que su ejemplo no muera con él”.

http://www.elmostrador.cl/cultura/2015/01/23/escritores-despiden-con-letras-banadas-en-emocion-y-rabia-a-lemebel/



Desconectado Pontiac

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Re: Escritores despiden con letras bañadas en emoción y rabia a Lemebel
« Respuesta #1 en: Enero 25, 2015, 19:49:28 pm »
Bueno, en Chile la literatura y la poesía no se caracterizan por ser reconocidas oficialmente como en otros lados.
Muchos destacados poetas y literatos no han recibido aun el premio ese, y no digamos nada de nuestros baluartes que lo recibieron tarde-mal-y-nunca!

No conozco la obra de él, pero le he leído entrevistas y videos y era un tipo muy brillante.
Lamentable el deceso para todos pero para él, creo que significa un descanso necesario ya que estaba muy enfermo.
Buen viaje!
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Desconectado Pontiac

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