No tuve uno pero como a los 20 me prestaron uno igualito (azul) por un fin de semana (tenía que ir a buscar al aeropuerto a una polola gringa que tenía entonces).
Le hice como 500kms y lo que más me gustó fue la comodidad para manejarlo, la palanca de cambio en la posición justa, impeque. La suspensión era más firme que la del 125, transmitía más aplomo.
Recuerdo una amiga de la U, año 1990-91. Su familia de Rancagua tenía uno y viajaban seguido a Mendoza. Pero luego a su viejo se le ocurrió cambiarlo por un nuevo y flamante Nissan V16. Ella cuenta la enorme decepción que tuvieron cuando subiendo los caracoles el V16 iba todo chupado. Ahí se dieron cuenta que habían cambiado carne por charqui. Pero claro, era el boom del V16 con toda su oferta de tecnología y confiabilidad (para la época, después supimos que era un ataúd con ruedas, pero eso es otro tema).
Efectivamente el motor es casi igual al del 125, tenía carrera alargada (lo que en la práctica NO es lo mismo ya que las carreras de pistón largas le quitan agilidad para subir de vueltas entre otras cosas).