1. Los tratados limítrofes que tenemos con Perú sobre territorio, no dan lugar a buscarle interpretaciones torcidas e ilusorias como el cuento de hadas que los peruanos han tratado de hacer realidad sobre la frontera marítima. Por lo tanto Perú nunca se "hará de ese territorio".
2. Efectivamente, Perú siempre se ha opuesto a que le cedamos territorio a Bolivia, y las razones se ven claramente al revisar la historia.
Antes de la guerra, lo que hoy es la región de Tarapacá (+ o -) era territorio peruano, y lo que hoy es + o - la región de Antofagasta era territorio boliviano.
La pérdida de esos territorios es una herida que peruanos y bolivianos se ocupan de mantenerla abierta porque tienen una idiosincracia masoquista y lastimera que les impide cerrar capítulos dolorosos y prefieren seguir extendiendo el dolor por las eternidades, aún cuando saben que Chile no tiene ni tendrá intenciones de devolverles lo que fue un legítimo botín de guerra según la usanza de la época. No obstante, peruanos y bolivianos siempre han abrigado la ilusa esperanza de recobrar sus territorios, y como la única forma de darle salida al mar a Bolivia es por la región de Tarapacá, Perú siempre se opondrá porque aún se considera con derechos morales sobre ese territorio que fue suyo.
El tratado que fijó los límites tripartitas después de la guerra, estableció que los limites que quedaban así fijados, sólo se podrían modificar si había acuerdo de las tres naciones. No sé quién fue el genio que se le ocurrió tal estupidez, ya que lo que hizo fue generar problemas para el futuro, que los estamos viviendo nosotros en la actualidad, y nunca entenderé por qué Chile firmó esta aberración, si como vencedor de la guerra teníamos el poder para imponer nuestra voluntad. La frontera entre dos países debiera resolverse entre los dos países involucrados y punto.
Si Perú accediera a que Chile le ceda territorio a Bolivia en nuestro borde norte (línea de la "concordia"

) se tiene que ir olvidando definitivamente de soñar con alguna esperanza de recuperar territorio, y sepulta para siempre sus fantasías sobre la frontera marítima.
Aunque en el actual estado de los tratados fronterizos es imposible que podamos darle una franja de territorio soberano a Bolivia, creo que esa sería la solución ideal, porque dejamos contentos a los Bolivianos (que tendrán que buscar otra excusa llorona para su incapacidad de salir del subdesarrollo), y nos deshacemos de un vecino hinchapelotas como es Perú.