A los gringos los odio, pero a los Chinos les temo........un nuevo estudio dice que el 2012 China superará a USA como líder global

El mundo debe estar abierto para estos negocios.
En teoría, la propiedad de un negocio en una sociedad capitalista es irrelevante. En la práctica es generalmente controversial. Desde la ola de compras japonesas en Estados Unidos en los años ochenta y la toma de Mannesmann por parte de Vodafone en Alemania (2000) a las travesuras más recientes de las firmas de capital privado, las adquisiciones a menudo han producido ataques de angustia nacional.
Estas preocupaciones pareciera ser que se van a intensificar en los próximos años, ya que las empresas de propiedad estatal están en una fiesta de compras. Los compradores chinos -en su mayoría opacos, generalmente dirigidos por el Partido Comunista y algunas veces manejados tanto por la política como por las ganancias- han representado -en términos de valor- una décima parte de los acuerdos fronterizos este año, haciendo ofertas por todo, desde gas de Estados Unidos y electricidad brasileña a la compañía sueca de autos Volvo.
Existe, y se entiende, una creciente oposición a esta tendencia. La noción de que los capitalistas deben permitir a los comunistas comprar sus compañías es, según algunos, llevar el liberalismo económico a un extremo absurdo. Pero es justo lo que deben hacer, porque la propagación de capital chino debe traer beneficios a sus receptores, y al mundo como un todo.
Por qué China es diferente
No hace mucho, las compañías controladas por el gobierno eran referidas como criaturas destinadas a la privatización total. Pero una combinación de factores -grandes ahorros en el mundo emergente, la riqueza petrolera y una pérdida de confianza en el modelo de mercado libre- ha llevado a un resurgimiento del capitalismo estatal. Un quinto del mercado accionario global se encuentra ahora en estas empresas, más del doble del nivel de hace diez años.
El mundo rico ha tolerado el crecimiento de las economías mercantilistas antes: piense en el estatizado desarrollo de Corea del Sur o las empresas controladas por el estado de Singapur, que son activos compradores en el extranjero. Pero China es diferente. Es actualmente la segunda economía más grande del mundo y con el tiempo es probable que sobrepase a EE.UU. Sus empresas son gigantes que hasta ahora han estado mirando internamente, pero están empezando a usar sus grandes recursos en el exterior.
Las empresas chinas son dueñas sólo del 6% de la inversión global en negocios internacionales. Históricamente, los perros grandes han tenido porciones bastante más altas que ésta. Tanto Inglaterra como Estados Unidos alcanzaron su punto máximo con 50% en 1914 y 1967, respectivamente.
El crecimiento natural de China podría ser potenciado por su amplio ahorro. Actualmente se invierte en bonos de países ricos, mañana podría ser utilizado para comprar empresas y proteger a China contra las devaluaciones de los países desarrollados y posibles cesaciones de pago.
¿Política siniestra?
Las empresas chinas se están globalizando por las típicas razones: para comprar materias primas, adquirir conocimientos técnicos y obtener acceso a mercados extranjeros. Pero están bajo la guía de un estado que muchos países consideran un competidor estratégico, no un aliado. Habitualmente nombra ejecutivos, dirige acuerdos y los financia a través de bancos estatales. Una vez que compró, las empresas de recursos naturales pueden convertirse en proveedores cautivos del país asiático. Algunos creen que "China Inc" puede ser más siniestra que esto. Por ejemplo, Estados Unidos cree que las empresas de equipos de telecomunicaciones chinas representan una amenaza a su seguridad nacional.
Las compañías privadas han jugado un rol importante entregando los beneficios de su globalización. Abarcan todo el planeta asignando recursos a medida que se ven sanos y competitivos para ganar clientes. La idea de que un gobierno opaco puede venir a dominar el capitalismo global es poco atractivo. Los recursos serán asignados por los oficialistas no por el mercado. La política y no las ganancias pueden influir en las decisiones.
Estas preocupaciones se están expresando con creciente fervor. Australia y Canadá, una vez que abrieron mercados para adquisiciones, están creando obstáculos para las empresas chinas respaldadas por el Estado, especialmente en recursos naturales, y es fácil ver otros países volviéndose poco acogedores también.
Eso sería un error. China está lejos de plantear este tipo de amenaza: la mayoría de sus empresas acaban de posar sus pies en el extranjero. Incluso en recursos naturales, donde han sido más activas en materia de acuerdos, no están cerca de controlar suficiente suministro para llenar el mercado con más productos. El sistema chino no es tan monolítico como muchas veces lo asumen los extranjeros. Las empresas estatales compiten internamente y su toma de decisiones es más consensual que dictatorial. Cuando están en el extranjero pueden tener motivos mixtos, y algunos sectores, defensa y estructura estratégica, por ejemplo, son demasiado sensibles como para permitirles la entrada. Pero esas áreas son pocas.
¿Qué pasa si las empresas chinas de propiedad del Estado manejan sus adquisiciones basados en la política y no en las ganancias? Mientras otras empresas puedan satisfacer las necesidades de los consumidores, no importaría.
Por ejemplo, se les podría permitir a las empresas del país asiático poseer empresas de electricidad, en un mercado competitivo donde el cliente pueda buscar otros proveedores. Y si las empresas chinas esparcen capital subsidiado por todo el mundo, está bien. Estados Unidos y Europa podrían usar ese dinero.
La idea de que un gobierno opaco puede venir a dominar el capitalismo global es poco atractiva (...) Estas preocupaciones se están expresando con creciente fervor. Eso sería un error: China está lejos de plantear este tipo de amenaza.