Señor Director:
Llaman mucho la atención las descalificaciones y los apelativos del rector Peña al alcalde Labbé . Las llama "tontas", "indignantes", "sandeces", "prejuicios", se refiere a él como "custodio del dictador", y hasta lo descalifica por el sobrepeso. Con esa arrogancia intelectual, mañana descalificará a los gais, quizás pasado mañana a las etnias, o por el color del pelo. Yo creo que Labbé tiene más títulos académicos que Peña, y quizás más libros escritos. Es decir, al rector se le acabaron las ideas y pasó a la descalificación personal.
Siguiendo la lógica de su discurso, yo podría decir que ésa debe ser la tónica de la universidad que dirige, y que ello muestra la crisis de la educación superior del país. Pero es un argumento espurio, como lo es el del rector en relación con Labbé. La educación de los liceos de Providencia es de las mejores del país, y eso habla por sí mismo. Los estudiantes en las tomas violentas y la paralización de clases por meses se distancian mucho de lo que Peña describe como el liceo; "una comunidad de intereses y de propósitos que día a día reúne a alumnos y profesores, quienes mediante diálogo cotidiano transmiten y reciben la cultura disponible". Tomas violentas y destrucción de recintos, donde no hay clases para nadie, y donde simplemente se acabaron los diálogos.
Creo que Peña escribió bajo la sombra de la ira, se traicionó a sí mismo, deja muy mal parada a la universidad que dirige. Se olvida, además, que Labbé ha sido elegido democráticamente ya varias veces con mayorías que superan las de su colectividad política. Ahora descubrimos, entonces, que Peña ya no tiene tanto respeto por la democracia que predica y prefiere descalificar burdamente más que debatir ideas.
SERGIO I. MELNICK
fuente: emol