no será sostenible proveer educación, salud, pensiones y vivienda para los más necesitados de Chile con los actuales niveles de tributación, ni mucho menos reducir la inmoral desigualdad.
Me parece que Waissbluth se equivoca medio a medio en el foco de su argumentación. El fundamenta todo su discurso en que la pobreza en Chile crecerá o al menos se mantendrá.
Hay razones para creerlo, pues tanto a la Concertraición como la Colusión por el Cambio les conviene que haya una masa crítica de pobres para clientelizar sus respectivas opciones. Basta ver lo que ha pasado con la Van Ryselberghe en Conce.
Pero lo cierto es que a pesar de la pésima clase política que tenemos y en general la miserable clase empresarial (grandes capitales) a medida que el país crece la pobreza igual se ira reduciendo.
En USA, Brasil, países nórdicos y europeos en general etc., las personas pagan más impuestos personales, pero pueden descontar de sus ingresos tributables todo lo que han gastado en salud, vivienda, etc. Acá la tasa de Global Complementario es de hasta 40% en el tramo más alto, 25% para rentas de 2.6 millones mensuales y así...Mientras por ejemplo los bancos con utilidades de US$3.384 millones pagan apenas un 17%, pero luego de hacer todas las figuras "elusorias" posibles, créditos de todo tipo aplicables al impuesto a la renta, compras de empresas con pérdidas, etc.
En Chile simplemente está mal "pelao el chancho"....Los grandes capitales deben pagar más impuestos....Es un escándalo a nivel mundial los impuestos que paga la gran minería por ejemplo. Las personas ya pagan impuestos altísimos, no solo a la renta, sino en el IVA como alguien dijo antes.
Lo de la educación, si es importante, pero se ha venido dando el absurdo de liberalizar la educación superior al máximo, mercantilizándola de forma escandalosa solo para crear una masa de cesantes ilustrados o profesionales ganando sueldos ínfimos.
Si bien no hay fórmulas exactas, creo que el camino es fomentar el emprendimiento, orientar la educación hacia eso, facilitarle la vida a los emprendedores y sólo cuando estos superen ciertos niveles de utilidades ensañarse con ellos. No como ahora en que el Estado se ensaña con el pequeño emprendedor, mientras tiene absoluta manga ancha con el gran capital tanto en lo tributario como en todas las demás regulaciones.
Con más emprendimiento y con la economía abierta al mundo que tenemos, se puede producir un gran salto cualitativo y cuantitativo en ingresos para el país. Con más crecimiento económico y verdadero desarrollo, se generan por si solos más recursos tributarios a la vez que la pobreza baja.