Don Tendersan: En Chile impera la economía libre social de mercado que teoricamente permite a los ciudadanos libertad plena para elegir en lo económico y también si es posible agregar en lo político, entregando al Estado un rol subsidiario dirigido especialmente a corregir ciertas inequidades, entregar garantías para los sectores más carenciados y prestar ciertos servicios básicos entre ellos la defensa nacional y la seguridad interna.
No obstante la definición anterior, quizás un tanto escueta, podemos concluir que en nuestro país la palabra social ha desaparecido del vocabulario nacional desvirtuándose totalmente los objetivos de un sistema que nos fuera impuesto años ha y que, con posterioridad al advenimiento de la democracia, ha sido administrado alegremente por una coalición gobernante con la bendición de los grandes grupos económicos.
El sistema ha llevado a la destrucción de una parte importante de aparato productivo nacional, ha transformado a una parte de la pequeña y mediana industria en meros asalariados de los grandes conglomerados económicos que les fijan reglas del juego que les impiden progresar dado el maridaje deshonesto entre la gran empresa y el sistema financiero nacional. Frente a eso un Estado cuya actuación va más bien por el lado de mantener el statuquo más que a otorgar facilidades para el desarrollo de las fuerzas de los emprendedores y los consumidores, colocando trabas burocráticas de toda índole.
En lo político el sistema ha llevado a la colusión de dos corrientes que se reparten el poder y que con su actuación, más una constitución que lleva la friolera de 19 modificaciones, hecha a la medida de los actuales detentores del poder impiden la aparición de nuevos actores y por ende el desarrollo de nuevas ideas, manteniendo un sistema eleccionario que conlleva en su naturaleza la falta de participación . Es un sistema que envejece y por tanto es tremendamente conservador.
El inmovilismo, la colusión tanto en lo económico como en lo políticos es lo que ha entronizado la corrupción que campea en todos los sectores y que ha permeado a aquellos entes que incluso se creían vacunados contra ella, las fuerzas armadas donde se han descubierto desde hace algunos años varios hechos luctuosos entre ellos contrabando de armas, el caso de los muebles de rattan, comisiones varias por el proyecto rayo, la compra de aviones etc., etc. No debemos olvidar que tras un burócrata que se deja coimear hay un privado que coimea y viceversa.
Es este el sistema que yo planteo cambiar, introducir la participación, apoyar la desconcentración de la riqueza y del poder políticos y para aquello hay que cambiarlo pues contiene demasiadas taras o, si no le gusta el término, hay que aplicar una fuerte reingeniería.
Lo que también afirmo es que en parte alguna el sistema implantado al estilo chilensis ha funcionado ya que con sus tremendas inequidades y falencias lleva en su interior el germen de su destrucción. El sistema, eso sí debidamente modificado, sólo ha sido exitoso aparentemente en algunos paises nórdicos y en el area inglesa en N. Zelanda y Australia pero su implementación tiene contenidos sociales muy fuertes entre ellos un sistema impositivo bastante oneroso que eso si trae grandes beneficios en especial en los aspectos de salud y educación que son los pilares para terminar con las inequidades y la discriminación.
En el resto del planeta, no se ven tan claras las cosas.
Por lo anterior es que afirmo que la culpa de todo lo que ocurre y de lo que vendrá no es de un gobierno x, ni del presidente, ni de la Concertación como tampoco de los estudiantes ni profesores. Es el sistema el que crió a los personajes que están en la calle, son hijos de un sistema inequitativo y mezquino. La delicuencia nace de una falta de oportunidades, de las fallas del sistema educativo, de familias carenciadas, de la misería. Es indudable que ocasionalmente tienen otros orígenes, pero son casos aparte, rarezas.