me parecio curioso tambien que en algo mas de un mes en una conversacion con un Ingeniero Comercial y un Auditor, ambos en tiempos distintos y de Ues distintas (Una tradicional y la otra privada) me dijeron lo mismo de Friedman y su politica del terror y como hoy en dia siguen personas aplicando esa teoria como forma de atemorizar a la gallada o como voladero de luces ante un "minimo" atisbo de cambio de su comodo modelo.
Diría que tus amigos están equivocados.
Como señalé previamente, no soy fan de muchas de las ideas de Friedman, sin embargo, me complica obsesivamente el tema de la rigurosidad intelectual cuando se hace análisis histórico.
El problema que veo en tus amigos es lo mismo que veo en la hipótesis de Klein. Esta última, periodista con un reconocido sesgo ideológico, saca conclusiones morales y políticas de un fenómeno económico. El error metodológico consiste en descontextualizar una situación abordándola desde una dimensión distinta a la de la naturaleza original del fenómeno. Es algo similar a decir que hay terremotos porque nos portamos mal y Dios nos castiga. Más de alguien puede 'creer' esto último (vrg pastor Soto), sin embargo cuando vemos el fenómeno (sismos) dentro de la naturaleza del mismo (geológica-geográfica), la situación es muy distinta. Espero se entienda el punto.
Ahora bien, desde el punto de vista estrictamente económico no existe la "doctrina" del shock (como dice Klein), sino una "política" de 'shock' que busca -como toda política- objetivos precisos en una materia particular.
En estricto rigor, lo que se llamó 'política de shock' nace de una declaración de Friedman a propósito de lo que había que hacer en Chile en 1975 y que recuerda la figura del paciente (Chile) que está en un paro cardio-respiratorio (la economía); salvar al paciente puede justificar el uso de práctica poco ortodoxas como un shock eléctrico o una reanimación que pueda fracturar costillas.
Ahora, el contexto de 1973-75 era recomplejo y a veces no se dimensiona: inflación de tres dígitos (cerca de 300% si mal no recuerdo), un altísimo déficit fiscal (que en gran parte explica lo de la inflación), cesación de pagos que tiene paralizado el financiamiento externo, economía en recesión, Estado chileno demandado en tribunales internacionales (por la nacionalización unilateral de la gran minería del cobre), amenaza de invasión de Arica por parte del Perú (con ff.aa. paupérrimamente equipadas), etc.
En ese escenario el margen de maniobra es mínimo.
Para más, todo ello ocurre en un momento en que el anterior modelo de desarrollo (anterior al experimento colectivista de Allende), el de la ISI, se encontraba transversalmente desprestigiado y hay consenso en que ya estaba indefectiblemente agotado.
¿Qué alternativas hay?; porque si no era ISI tendría que ser colectivista-estatista-fascista...
Es en ese contexto en que se presta atención a las ideas liberales. Recordemos que en 1974 Hayek gana el Noble de economía y en 1976 es el turno de Friedman.
Entonces, las ideas liberales tienen su oportunidad. Y que las hayan implementado los militares (aunque con la sabida oposición de Leigh), es una rareza habida cuenta del sesgo 'nacionalista' que tienen regularmente los uniformados.
Y volviendo con lo técnico-económico. El escenario obliga a reducir el Estado, no por una cosa necesariamente 'ideológica', sino técnica; es la única forma de reducir el déficit fiscal.
Por su parte, la única forma que existe para acabar con un episodio de hiperinflación es reduciendo drásticamente la masa monetaria. Y es ahí donde está el verdadero 'shock'. Esa medida tiene un alto costo social pero la hiperinflación también lo tiene, así es que llega un punto en que no hay alternativa.
Klein y tus amigos pueden ver una oscura intención detrás de esas medidas económicas, sin embargo, a la luz del contexto específico me parece están equivocados.
El modelo funciona,eso esta claro pero todo es susceptible a mejorarlo,no?.
+1
Por supuesto, y no sólo 'mejorarlo' sino ajustarlo a los tiempos. En ese sentido, pienso, debemos ser pragmáticos y responder a la evidencia antes que a las ideas preconcebidas.