El problema no era ese, sino la gran cantidad de gente que estaba en el limbo.
Creo recordar que muchos casos las personas no habían declarado si quería o no; y cuando fallecían los familiares se oponían tajantemente (aún cuando algunos de ellos reconocían que la víctima había manifestado su intención de donar).
Se busca el bien común, que es apostar por quienes quieren, y a quienes le da lo mismo.
No se si sea la mejor forma, pero claramente ante la apatía y la necesidad de salvar vidas, me cuadro aunque signifique un costo adicional a algunos chilenos. Pensemos un poco en el resto.