Muéstrame 1 estudio serio o alguna estadística oficial que muestre que la gente de campo es más sana "mentalmente" que la gente de ciudad y te lo creo...
http://faircompanies.com/blogs/view/el-cerebro-reacciona-distinto-en-ciudad-y-campo-estudio/Nos enfadamos por igual tanto en la ciudad como en el campo.
Lo sorprendente, muestra el estudio, es nuestro modo de reaccionar a la situación de estrés, menos negativo cuando se reside en el medio rural. El estudio recaba evidencias a partir de la actividad cerebral registrada por los participantes.
En lo más profundo de nuestro cerebroLa amígdala está compuesta por un par de estructuras neuronales, una por hemisferio, presentes en la profundidad del cerebro de los animales vertebrados complejos, con un papel decisivo en nuestra manera de procesar y almacenar las reacciones emocionales, tales como el miedo o la sensación de amenaza.
Y, no casualmente, la circunvolución del cíngulo anterior, una estructura también presente de manera simétrica en ambos hemisferios, forma parte del córtex cerebral y regula las amígdalas.
Entre los participantes en el estudio,
los residentes en el campo experimentaron menor actividad en sus amígdalas; los que vivían en pueblos registraron una actividad moderada; mientras los urbanitas padecieron consistentemente los niveles de actividad más elevados.Unos resultados consistentes con la intuición espiritual de quienes, como los románticos y existencialistas del siglo XIX que, como Shelley o Thoreau, han percibido en su propio ánimo los efectos del profundo cambio -también somático- de temperamento en el campo y la ciudad.
Urbanismo y la necesidad de "respirar" en la naturalezaDe ahí que los planificadores urbanísticos de la Ilustración intuyeran la importancia de crear (Central Park en Nueva York) o preservar (Hyde Park en Londres) grandes parques urbanos en medio de las urbes más frenéticas. La propia idea moderna de recreo de los urbanitas nació en la Gran Bretaña victoriana con el anhelo de evadirse,
aunque fuera por unas horas, del ritmo frenético de la ciudad, visitando la casa de campo durante el descanso dominical.Sin embargo, los datos de la circunvolución del cíngulo anterior guardaban una sorpresa: lo que importaba para los resultados no es dónde vive la persona en la actualidad, sino dónde ha crecido durante la infancia. A pasado más urbano, mayor actividad en esta zona del cerebro, encargada de regular las amígdalas, independientemente de su residencia presente.
Mientras las amígdalas responden al estímulo presente (si el individuo se encuentra en el campo en la ciudad) y, por tanto, son sensibles a la decisión consciente del individuo, los resultados de la zona cerebral que las regula parecen ser programados durante los primeros años de vida del individuo. La circunvolución del cíngulo anterior no reacciona con la misma flexibilidad que las amígdalas.
Criarse en la ciudad condiciona nuestro cerebro para siempre (oops)El estudio coordinado por el doctor Andreas Meyer-Lindenberg concluye con evidencias empíricas que los individuos nacidos en un entorno rural y residentes en él en la actualidad muestran escasa actividad en las dos zonas del cerebro que procesan y regulan la reacciones emocionales como el miedo o la "actitud".
Por el contrario, los individuos nacidos en un entorno urbano siempre conservan una actividad alta en la circunvolución del cíngulo anterior, independientemente de si viven o no en el campo en el presente. Eso sí, haber cambiado desde la ciudad de su infancia al campo reduce su actividad en las amígdalas.
El lugar donde nos criamos, por tanto, condicionará de un modo u otro nuestro modo de afrontar las situaciones de estrés y, por tanto, nuestras decisiones. Estimulamos las regiones del cerebro que regulan el miedo y otras reacciones emocionales cuando criamos a nuestros hijos en entornos estresantes.Las conclusiones de este estudio difundido en Nature arrojan una conclusión que incrementa, si cabe, la responsabilidad de los padres.
Quienes criamos a nuestros hijos en la ciudad deberemos estar atentos e incluir entre nuestras salidas cotidianas la visita de entornos naturales, a menudo al alcance en el mismo entorno metropolitano. En Barcelona, por ejemplo, es posible acudir en transporte público al Parc de Collserola, las montañas que envuelven Barcelona conformando un anfiteatro orográfico.
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Anda al campo a ver Rodeo y conocer huasos con tu familia los fines de semana... te hará bien para el cerebro y controlar tus acciones.
Saludos.