Sobre el tema de la calidad, curiosamente en mis tiempos de movilizaciones estudiantiles justamente trabajabamos en el tema de calidad, de hecho estuve a cargo de un grupo de estudio sobre el tema en su tiempo y nos encargábamos de hacer difusión, aún me recuerdo repartiendo panfletos en pleno paseo Ahumada y en un stand con constantes presiones de los cops, sólo para conversar, "tirar el rollo" y compartir información.
Y sobre eso, no creo que actualmente sea sólo demandas de plata, sino que el conducto lógico ha sido el siguiente: en los noventa habían problemas de cobertura escolar, a finales de los 90' se agudizan los conflictos por educación superior y en la primera década del 2000 aparece el tema de la calidad (aparecen los cuestionables procesos de acreditación, entre otros), luego la comprensión del fenómeno se radicaliza en la medida que simplemente no es posible mejorar la calidad si no mejoras el acceso -y este está mediado por el aspecto económico, al menos en Chile- por lo que se vuelve al tema del financiamiento como un "piso mínimo" para poder edificar un sistema de educación superior que se cae a pedazos. Hoy por hoy, a diferencia de hace 10 años, los parches ya no sirven, desde el cambio a la PSU, los incrementos arancelarios, entre otros fenómenos han agudizado la desigualdad socioeducativa, por lo que la crisis se hace patente. Además, en la comprensión del fenómeno se liga a otras problemáticas sociales y otros sectores de la sociedad (era tan obvio, pero costó tanto entenderlo).
Si uno lo ve desde una perspectiva de los resultados, claro, nada concreto, ni una bequita loca, chauchas para allá y chauchas para acá. Si uno analiza históricamente el proceso, claro que hay movimiento en el ámbito de la conciencia y el posicionamiento de un problema, así es el origen de los cambios en la historia, gradualues, luego de golpe, luego frenan... es decir, lejos de una regularidad, a pesar de que sabemos que existen ciclos.
Y sobre los aprovechamientos políticos, siempre los hay en todo ámbito y en todo movimiento, pero hay que desestimarlos. Personalmente no me va ni me viene que Camila o Giorgio ganen un escaño en el parlamento, lo que me interesa es lo que pasa en el movimiento social y el "aprendizaje social" que genera en las grandes mayorías.