Una buena pauta de lo que son los gustos en el arte, me la dió un joyero de Santiago (Miguel Benner, de Lo Cañas).
Un día le pregunté cuál era la clave del negocio de las joyas y me respondió algo así como esto:
"Mira es muy simple la cosa en este rubro: un cliente quiere una joya con harto oro, el otro te dice por la misma joya 'mucho oro, yo prefiero más brillantes'...
"El otro te dice 'esto tiene mucho brillante, prefiero más plata y oro'... El otro te dice que quiere una esmeralda en vez de oro... Otro te dice que saque la esmeralda y ponga un rubí...".
La misma idea me dió un compañero de universidad estudiante de música, y talentoso pianista cuando le dije que en realidad la evaluación de un músico, es más objetiva que la evaluación de un licenciado en área científica (yo en este caso).
Él se rió y me contestó altiro: "cuando me escuchan algunos prefieren que toque más suave, otros que toque algo más rítmico, otros que toque algo más latino, otros que toque algo más romático, otros que toque más fuerte, otros que toque algo más simple... Super objetivo".