LA CRISIS ENERGÉTICA
No existen proyectos sin impactos y es necesario satisfacer la creciente demanda energética del país. La distribución sectorial de la demanda es la siguiente: la minería consume 33% de toda la energía eléctrica; los sectores residenciales, comerciales y agrícolas en su conjunto, consumen 31%; el industrial 24% y el resto 12%. La potencia total instalada es de cerca de 18.300 MW y la demanda máxima nacional ronda 10.000 MW[2]. En otras palabras, el sistema tiene hoy una sobrecapacidad aproximada de más de 80%. En el largo y corto plazo la situación es la siguiente.
En el largo plazo, la Comisión Nacional de Energía (CNE) estima que en 2025 la demanda máxima nacional va a rondar en torno a 20.800 MW (p. 26). No obstante, expertos internacionales muestran que la metodología de la CNE adolece de problemas clave y estiman un crecimiento a largo plazo de, como máximo, 4.5% anual (pp. 6-9), o sea un aumento a alrededor de 17.000 MW en 2025. La OCDE, a través de la Agencia Internacional de Energia, coincide. La evolución reciente de la demanda le da la razón a los expertos internacionales. Entre 2000 y 2010 la demanda en el SIC y SING creció a un promedio de 4.1% anual[3]. Sin embargo, en un estudio comprehensivo, el profesor de Ingeniería de la Universidad de Chile Roberto Román, y el especialista Stephen Hall, determinaron que incluso en el escenario de la CNE, tomando en cuenta sólo las más mínimas medidas de eficiencia energética costo-efectivas, y proyectos de energías renovables no convencionales “que ya están bajo estudio o en fase de implementación, no se hace necesario ni el 50% de las plantas térmicas proyectadas ni HidroAysén”.
http://ciperchile.cl/2013/07/08/el-verdadero-impacto-de-hidroaysen-frente-al-deficit-energetico-en-chile/Según dice, concuerda, pero por lo que he sabido, hay un equilibrio en el tema que es muy sensible, ya que las centrales termo eléctricas funcionan a un costo muy alto y son muy antiguas. Por lo que me han contado, estos equipos son los que han desechado en Europa por su antigüedad y aunque algunos pueden variar su funcionamiento, cuando hay problemas de GAS tienen que recurrir al Gobierno para que les eche una mano con el suministro, no así con el petróleo o el cabrón, claro que las tres opciones son caras y las hechan a andar solo cuando es estrictamente necesario y a pesar de eso, siempre tiene que estar todo el personal de las centrales al pie del cañón.
Es un tema complicado que en algún momento nos va a afectar.