Fue el martes pasado, 3 de mayo, en el camino que une Hualqui con Quilacoya, cerca de Concepción. Es la variante de Chillancito ya que el camino por la Cuesta de Quilacoya esta cerrado por los trabajos de relleno del borde del Río Bío Bío, que permitirá en pocos meses más evitar la cuesta y seguir siempre por la rivera norte del Bío Bío para ir a Quilacoya, Unihue y mi querido Talcamávida.
Iba de copiloto en una Camioneta Sangyong Musso 290s, el conductor, que había sido chófer de ambulancia en San Pedro, sabe manejar muy bien en ciudad, pero en el ripio no le sirvió la experiencia. En una bajada había mucha piedra suelta y la camioneta se ronceó muy fuerte perdiendo el chófer el control de ésta, no pudo bajar la marcha y aplicó freno....Nos dimos una vuelta de campana completa y media más, con tan buena suerte que en la última vuelta la camioneta quedó de costado hacia mi lado mirando en dirección opuesta a la que veníamos y de forma paralela al camino, por lo que gracias a la energía cinética la camioneta se arrastró varios metros en esa posición con el pickup hacia adelante. Finalmente paramos y quedamos así, de lado.
No nos pasó nada por suerte. Fue todo en fracción de segundos. Obviamente teníamos el cinturón puesto y yo me aferré al asiento y la mano derecha bien agarrada de la manilla de la puerta-. Tuvimos mucha suerte. El conductor quedó con dolor de muñeca y de uno de los dedos de la mano, tal vez con esguince. A la camioneta tampoco le pasó gran cosa. Quedó bien abollada por el lado derecho, pero sin latas rajadas, el techo un poco abollado también, pero mecánicamente impecable. Unos trabajadores de Icil Icafal que pasaron al poco rato nos ayudaron a poner la camioneta en posición normal y nos remolcaron a una casa cercana donde comprobamos que el motor tenía aceite y funcionaba bien, así que me fui manejando hasta Talcamávida los 40 kms. que restaban.
En un momento pensé que hasta ahí no más llegaba, íbamos rápido y sin la tracción puesta, pero no sentí miedo ni pánico, sólo hice lo que instintivamente resultó ser lo correcto.
Obviamente la experiencia me sirvió para reflexionar lo frágil que es la vida o la salud y bueno, muchas conclusiones en lo personal que creo me serán muy valiosas en adelante.