En el caso que los dos trabajemos, me enorgullezco si ella ganase más, e incluso puede servir de ayuda en esos apretones económicos. Pero cuando la cuestión se convierte en competencia y por el hecho que gane más, coarte mi libertad (hacer lo que ella diga, sin aceptar opiniones, manduquearme...). Debe haber ciertos límites.
Esta situación es una de las principales causas de separaciones y divorcios, sobretodo en los matrimonios jóvenes.