El CAM siempre encuentra la intencionalidad maligna y oculta tras las compras de los CSM.
En cambio cuando el busca comprar algo innecesario, siempre tiene a mano las tablas de la ley que justifican el gasto, en donde por ningun motivo existe la intención de aparentar, ni menos ofender a los oprimidos, con semejante exhibición de pompa.

Además para despejar todo manto de duda, se autodenomina flayte, aunque en realidad de flayte no tiene nada.
