Voy a contar mi experiencia con el Desierto Florido, viaje de octubre del año pasado. Les quedo debiendo fotos (tengo que seleccionar)
Yo nací en Vallenar, puesto que mis viejos vivieron unos años en esa ciudad, cuando recién se casaron. Allá viví hasta el año de edad, por lo que comprenderán que no tengo ni un recuerdo de infancia de allá
, solamente de visitas posteriores. En un bajón de nostalgia, mis viejos decidieron ir a turistear al desierto y recordar los viejos tiempos en que salían con sus amigos, junto con volver a ver este espectáculo único. Nos invitaron a mis hermanas y a mí, pero solamente yo acepté, tras lograr acomodar la cantidad de pega que me demandaba la U. Supuestamente nos íbamos a quedar en la Hostería de Vallenar, recientemente vuelta a funcionar. Da la casualidad que allá viven algunos familiares, en particular unos primos de mi abuelo, por lo que mi viejo le preguntó a una de ellos si tenía una camioneta que nos pudiera prestar. No tenía, puesto que jubiló y se había comprado un auto, pero a cambio nos ofreció alojamiento, así que bien
Partimos a Serena en el Mercedes de mi viejo, un viernes tipin 8 de la noche. Debo destacar la comodidad del auto, se nota que está hecho para devorarse autobahns alemanas con total confort, una maravilla. En realidad, tipo 12 estábamos en Peñuelas en un restaurant, bien rico, no recuerdo el nombre eso sí. Tras eso, nos fuimos a buscar alojamiento, dando con unas cabañas bien cómodas en la Avda. del Mar. Eran para 6, así que teníamos espacio de sobra para los 3.
Sábado en la mañana, día completamente nublado. Pescamos nuestras cosas, vuelta al Merc esta vez sí que con rumbo a Vallenar. Tras un breve alto en la Copec cercana a Serena Golf para tomar desayuno, enfilamos rumbo a Vallenar. Ya llegando al límite regional, se asomaban los primeros atisbos del fenómeno. Una curiosidad: justo en el límite regional, se podía ver que las nubes quedaban atrás, dejando su lugar a un día precioso
Tras unos relativamente relajados 190 kms de sinuoso camino, llegamos a Vallenar por el nuevo acceso, con la clásica Petrobras y asdf. Es notable cómo se ha ido revitalizando Vallenar, se nota la mano de Pascua Lama y Agrosuper en su desarrollo. Paramos en la casa de la tía, buscando un rent a car para arrendar una camioneta. Como buen pueblo chico, estaba todo cerrado
Volvimos para almorzar, y después partir en el Merc nomás. Previamente, nos vino a ver un amigo de mis viejos, que es el médico que me trajo a este mundo
Tras almorzar, salimos con la tía por el Acceso Norte, avanzando un poco por la 5 Norte. Tras unos 20 km app, entramos por un camino que conduce hacia una minera, completamente de tierra, en dirección al mar. Esta parte es más gráfica, pero les puedo comentar que abundan añañucas y patas de guanaco. Pero definitivamente la protagonista fue la ÚNICA garra de león que pillamos, una real maravilla y muy escasa.
El Merc se portó excelente, cruzó como 70 kms de tierra sin ningún asco. El camino estaba en buen estado, eso sí. Al final, llegamos a un camino costero, que en dirección al sur nos dejó en Huasco, antiguo puerto. Allí compramos aceitunas e hicimos una breve caminata. Enfilamos hacia Freirina, unos kms hacia el oriente, donde paramos en la fábrica Riarte, con excelentes productos derivados de la aceituna (aceite, pastas, etc.). Aproveché que paramos en la plaza para tomar fotos al pobre Merc todo entierrado.
Tras eso, nos fuimos rumbo a Vallenar. En el camino, compramos queso de cabra en un boliche a muy buen precio. Estaba muy muy bueno. Ya en Vallenar, nos juntamos con este médico amigo a comer unas pizzas en el Boccato, muy muy ricas. Le tomé una foto a la iglesia, pero no salió para nada buena.
El domingo, tras el desayuno, partimos de vuelta rumbo a Santiago. Tanque rellenado, y métale pata hasta Huentelauquén, a comer sus famosas empanadas de queso, que de verdad son enfermas de contundentes. Las mejores que he comido. Tipo 5 de la tarde llegamos a Santiago, y Duraznov colorado, este relato ha terminado.