que es una comuna típica de la capital, unida por carreteras, líneas de metro y proyectos afines, en donde se habla el mismo lenguaje, el proyecto de educación es el mismo, los porcentajes de mestizaje han de ser similares a los del resto del país...
Bolivia, en cambio, es un país altamente indígena, con una presencia estatal bajísima (por no decir prácticamente inexistente), en donde sí tiene algo de peso un precepto así. Grupos armados de reciente organización y con ganas de venganza tampoco nos hace plurinacionales. Los único que los une es el apellido y las ganas de poder a como dé lugar. Suena conocido?
A lo largo de nuestra historia la tendencia ha sido la misma: la asimilación de costumbres y el mestizaje generacional.
En mis ojos, la nación del pueblo de chile está constituida por la unión entre los pueblos originarios, la conquista española y las posteriores olas de colonos, en constante intercambio entre sí y el español como lenguaje común, bajo el amparo cultural heradado de la iglesia católica. No veo nada de plurinacionalidad, ni un componente indígena de larga data activo social y culturalmente capaz de autoproclamarse una nación independiente a día de hoy, como sería el caso de Bolivia y sus distintas tribus. No enaltecer tampoco lo que jamás pasó de organización tribal, como si existiese desarrollo intelectual propio y destacable (alfabeto, escritura, calendario, etc.).
También conozco el concepto de nación; corea es una sola nación por ejemplo -compuesta por distintos reinos y distintos grupos originarios históricos-, pero está dividida en dos países producto de una guerra. ¿Plurinacionalizar un estado chico como el nuestro? No estoy de acuerdo. No veo como resolvería algo y creo es dar el brazo a torcer a algo que se viene heavy. El sistema de justicia es uno. ¿Qué otro concepto de justicia tendrían ellos además de la venganza y la sangre?
Lamentablemente con algo así es poco lo que se puede hacer, más que esperar y ver el nivel de violencia. Con otras cosas como pensiones y salud sobretodo es la oportunidad para encauzar algo que prevenga un quiebre así a repetirse en el futuro.