Hay veces en la vida en que todo ser humano pierde la compostura por completo.
Más peligroso aún, cuando se ha pasado por un mal día multiplicado por 2.
Eso me pasó hoy.
Luego de disfrutar una rica cena con mi señora, vengo de vuelta por costanera norte. No voy a ser hipócrita, venía a más velocidad de la permitida.
En eso estoy, cuando un tipo se me pega atrás en su yaris y me prende las luces altas. Yo la verdad no venía con humor, no me moví, nada me obliga a moverme ya que tenía las otras dos pistas desocupadas, así que no pesqué.
El tipo este, no contento de webearme, me pasó rajado por el costado, me puteó, y luego me tiró el vehículo encima. Si, como en las películas, cuando te cambias de carril y te tiran el auto para impedirtelo. Dos, tres veces. A la cuarta, tuve que frenar porque casi me choca. En ese momento, se prendió el chileno que llevo dentro y mis ojos cambiaron a rojo oscuro.
Lo pasé al ctm, lo arrinconé y en medio de la costanera me puse cruzado entre la primera y la segunda pista para no dejarlo pasar. Sí, me van a webear por esto y no digo que haya estado bien, al contrario, pero les juro que en ese momento estaba tan caliente que ya no medía mis acciones.
Esperé paciente un minuto a que se bajara. Como no se bajó, reanudé el viaje, y el weón jamás me pudo pasar de vuelta, pero cometió un error garrafal: me siguió a la casa.
Apenas llegó a la casa, me bajé y salí como rayo a sacarle todo lo que tenía por delante. Claro, como buen prepotente detrás de un manubrio, el weón jamás se bajó del auto, empezó a arrancar unos metros, frenaba y gritaba; así tres veces hasta que se fue. Con suerte, un peñascazo pasó rozando su vidrio trasero, yo solo quería que se bajara.
No estoy ni contento ni orgulloso, ahora más tranquilo me doy cuenta que fue una webada, una estupidez, una tontera, una pendejada, y estoy totalmente de acuerdo con todos los que me van a putear. Pero por hoy, solo por hoy, rompí todas mis barreras de compostura y me mostré como en mis tiempos mozos. Afortunadamente, el tipo no se bajó. Yo creo que ahora estaría en el calabozo de cómo lo habría dejado.
Debe ser el estrés, porque normalmente no pesco a estos weones. Pero hoy, solo por hoy, dejé libre a la bestia interior.