Como jefe tu regulas el tiempo que quieres trabajar, y por cada hora que inviertes los beneficios son equivalentes. entonces trabajas lo que quieres ganar y listo, obviamente manteniendo un balance ya que el tiempo tiene un valor altísimo y la idea es comprarse para uno mismo horas de tiempo. incluso se debería trabajar para eso, para comprar tu libertad, llegar a un punto de trabajar una hora diaria y que te alcance para vivir las 23 restantes en buenas condiciones económicas y por lo tanto poder disfrutarlas.
Ahora como caso personal, trabajo muchas horas diarias, cumplo con volúmenes inmensos en plazos acotados (lo que en gran parte es obra del equipo que se ha formado durante los años) e incluso acepto trabajos que ninguna otra empresa del rubro acepta por plazos o volúmenes imposibles. y los cumplimos. me quedo muchas veces, sino todas, hasta las tantísimas de la mañana ya que atiendo varias franjas horarias. curiosamente mi trabajo, aunque bastante intenso, no me genera stress, ya que por el hecho de estar en control del flujo de los procesos que tu mismo has diseñado y con la propia voluntad (y no la pichula del jefe) como motivación para sacar adelante los trabajos, cambia el propósito, el sentido, el fondo de la actividad, y no se siente como algo que no quieres pero debes hacer, sino como tu propio proyecto que debes sacar adelante y expandir hasta el límite de tus capacidades (las que a su vez debes esforzarte por expandir día a día), no solo por ti sino por los que de ti dependen.