Al contrario. Osama no tenía mucha reputación entre los países Islámicos, debido precisamente a que la manera de operar de Al Qaeda en algunos de sus atentados iba en contra del mismo Islám.
Además, ahora dichos países están más preocupados por el alzamiento de su gente pidiendo no más inmolaciones o más Corán o muerte a los infieles; sino que solicitando comida, ropa, trabajo, dinero, quizás hasta shopping los domingos.
Si ustedes suman los factores, este era el momento propicio para matar a Osama -fuese real o no-, y lanzar su cuerpo al mar tendría un sentido más que lógico. Nunca sabremos la verdad de todo esto, por ahora lo más preocupante es saber si la amenaza de detonar una bomba atómica en Europa tiene asidero real.