Pero entonces, según lo que argumentan algunos, podría concluirse que la Teletón ataca e intenta resolver un problema de baja prioridad. Visto de ese modo, la pregunta inicialmente planteada, "¿porque decirle no a la Teletón?", se respondería sola: "Porque hay problemas mas urgentes que atender a los cuales asignar estos recursos".
Sin embargo, no estoy tan de acuerdo con esta apreciación. La Teletón es importante porque resuelve un problema importante: la rehabilitación de lisiados y, el hecho que la gente aporte dinero voluntariamente, muestra que le otorga una prioridad no despreciable. Hasta ahora, la iniciativa de la Teletón, acudiendo a la caridad pública, ha beneficiado a mucha gente que de otra manera podría lograr poca atención de parte del sistema estatal.
Aún cuando los métodos, la parafernalia o incluso su "eficiencia económica" de la Teletón podrían cuestionarse, el asunto parece funcionar. Bien, en este caso diría que el fin ha justificado los medios. Lo que puede ser preocupante es que esta iniciativa, por diferentes posibles causas, pierda el impulso necesario para funcionar y muera por inanición. Entonces, cabe preguntarse, ¿no sería razonable que el estado, tome este proyecto hasta ahora exitoso, y continúe su financiamiento para asegurar su permanencia en el tiempo?.