Una persona puede tener miles de títulos, postgrados, conocimientos, contactos, negocios, proyectos, lucas, autos, casas, yates, mansiones, etc.
Pero al menos, yo aprendí hace rato, quizás desde la humildad de mis viejos, que cuando a uno se le suben los humos a la cabeza, la caída es fuerte, pues siempre existirán miles de personas más inteligentes, con más lucas, con más de todo, y eso no hay que envidiarlo, sino que aceptarlo, valorarlo, admirarlo y aprenderlo, sobre todo cuando ha sido fruto del esfuerzo de una persona y la gente que lo rodea.
Además eso tampoco importa, cuando ves que personas que no tienen nada de ese "éxito", son infinitamente felices con lo que tienen.