Creo que para aprender a conducir, la tranquilidad y atención son una de las cosas más importantes, en mi caso cuando era cabro, no hubo caso, me tiritaban las piernas, se me iba la dirección para cualquier lado, se apagaba el motor, pucha mal, mal.
Después de algunos años sin ni siquiera tomar un auto, me compre mi primer auto, un Honda Prelude del 82, me subí y fue como si siempre hubiese conducido, me di unas vueltas por Puente Alto y de ahí en la tarde me fui a Lo Prado, con mi primo de copiloto que fue quien me vendió el auto y cero drama con la conducción, siempre he pensado que saber que era mio y en parte que no importara lo que pasara porque al final respondía yo, me ayudo en la seguridad