Es un tema que viene incluso inculcado por la Torah.
http://www.lapalabraisraelita.cl/3%20junio%2005/Joyce.htm Lecciones básicas de economía judía
UNO: Adán fue el receptor de la primera lección de economía: el conocimiento genera deseos.
DOS: Nadie desea otra cosa que no sea deseada por el otro. En Caín y Abel un hermano niega a otro el derecho de paso. La Torá otorga el buen papel a la víctima nómada (Abel, el pastor) y, al mismo tiempo, deja vivir al sedentario pero lo convierte en nómada.
TRES: Por la tumba de Sara, Abraham debe pagar un alquiler de 400 shekels; se establece que toda propiedad, hasta la más duradera (la tumba), sólo puede ser un préstamo de D’s.
CUATRO: Isaac y Jacob confirman la necesidad de enriquecerse para complacer a D’s. A diferencia del cristianismo, que considera la riqueza banal cuando no pasa por la Iglesia, para el judaísmo lo deseable es ser rico, pues es un medio que mejora la capacidad de servir a D’s.
CINCO: José se convierte en consejero del faraón por haber sabido prever una crisis económica y suministrar al príncipe la manera de arreglarla por medio del acopio de reservas, la forma primitiva del ahorro. La metáfora de las siete vacas flacas y de las siete vacas gordas, nuevo recurso de la economía política, revoluciona el orden social, pues apunta a no consumir toda la cosecha y a prever amenazas del porvenir; dándole al tiempo un rol en el dominio de la naturaleza.
SEIS: "Quien ama el dinero jamás estará satisfecho del dinero". (Isaías). Del deseo sólo puede venir más deseo. En hebreo, dinero se dice kesef, que en su vocalización kosef designa nostalgia, envidia. Lo que no se tiene (el sacrificio de Isaac), y lo que no se va a tener nunca, aunque se adquiera. En hebreo no existe el verbo tener, yesh significa hay o existe, y yesh li, existe para mí. Es decir, el dinero es visto como un medio y no como un fin. Un medio para que el hombre se acerque a D’s, para crear, para ser útil (tzedaká). Obstinarse en guardarlo es un despropósito homicida; dar es un acto ético, una manera de enriquecerse.
SIETE: El universo es duro para quien espera su alimento de otro. De ahí que pagar el salario con retraso puede ser un pecado tan grave como el homicidio: "El mismo día entregarás su salario, antes que se ponga el sol, porque es pobre y espera su salario con ansiedad".
OCHO: Según el Talmud, cuyos escritores parecen verdaderos economistas, no hay salario justo sin precio justo. Es decir, se protege más a los consumidores que a los trabajadores; el salario se desprende del precio justo.
NUEVE: La economía no consiste en tomar riquezas de los vecinos, o del país donde el judío se instala, sino en crear riquezas nuevas, para no privar a nadie de su haber. De ahí la importancia de los bienes fértiles que crean riqueza: tierra, dinero, inteligencia. Los judíos nunca están mejor que cuando los otros lo están.