El problema es ese "algún grado" de corrección.
El sistema binominal, imperfecto como era, por lo menos conseguía que ambas candidaturas electas fueran muy representativas. De hecho, la necesidad de doblar a la otra lista para conseguir ambos cupos significaba que era estadísticamente casi imposible que una lista obtuviera ambos cupos pero que el "arrastrado" tuviera una representación mínima.
En el sistema actual, con la repartija "DHont" (o como sea que se escriba), la tendencia al "arrastre" se multiplicó. Básicamente, el sistema DHont no es más que un binominal ampliado: en vez de ser dos cupos, ahora son más. Lo que hicieron con la supuesta "proporcionalidad" fue exacerbar lo que le criticaban al sistema binominal. Al final, lo que lograron fue tener una cantidad de diputados que no representan a nadie superior a lo que habíamos tenido los 30 años anteriores. Gracias a este sistema, tenemos a Gonzalo Winter con un 1,2%, que no representa a nadie en la realidad pero que le da voz a la izquierda más extrema en la Cámara. Tenemos a Natalia Castillo con un 1,02% de los votos. Tenemos a Boris Barrera con un 1,29% de los votos; a Juan Manuel Fuenzalida (¿quién es ese gil??) con un 1,86% de los votos, Carmen Gloria Aravena con un 1,24% de los votos.
La regla de paridad agrega aún otro elemento contramayoritario para determinar el elegido en una elección, es decir, otro factor de corrección que eventualmente debe preferirse al voto mayoritario.
Me parece que hay bastante consenso en que la Cámara de diputados actual no es muy representativa. Mi impresión es que eso es, en muy buena medida, por culpa de la "bancada del 1%", gente que no representa a nadie y que, francamente, no ganó la elección. La regla de paridad implementada va a acentuar esto todavía más. Vamos a tener más "representantes" sin votos. Si la Cámara de Diputados actual es poco representativa, espérense lo que viene para la asamblea constituyente.
De hecho, la regla de paridad es tan mala, que los diputados ya dijeron que no están dispuestos a aplicarla a las elecciones del Congreso. Y hasta el día de hoy, los diputados y senadores todavía se niegan a legislar que nadie pueda llegar al Congreso con menos de un 5% de los votos.
Depende de cómo entiendas la representación.
Si estás buscando que cada candidato represente un territorio personalmente, tienes razón.
Pero si lo que interesa es que las preferencias ideologicas de la población estén representadas lo mejor posible, el congreso actual es el congreso más representativo en muchos años.
Por demás, el sistema binominal es un sistema proporcional d'hondt. Lo que se hizo no fue cambiar el sistema electoral, lo que se hizo fue cambiar el tamaño de los distritos. Los sistemas proporcionales son más proporcionales a medida que más escaños se reparten por distrito. Un sistema proporcional con dos escaños da resultados de sistema mayoritario, pero favoreciendo coaliciones políticas en sistemas multipartidistas en vez de generar un sistema bipartidista. Y mientras más escaños tenga cada distrito, más posibilidad hay para fuerzas minoritarias de obtener un poco de representación.
No hay respuesta correcta a la disyuntiva. En países con sistemas mayoritarios de elección, dónde se vota por persona y gana la mayoría, se generan sistemas políticos bipartidistas, que dejan derechamente fuera a todas las otras opciones políticas y sobre representan a los partidos grandes.
En los sistemas proporcionales se distancia al elector del representante, pero la diversidad ideológica del país se ve reflejada en el parlamento. Por otro lado, favorecen la fragmentación política. ( En el caso chileno, el proporcional es moderado, ya que los distritos no son tan grandes, por lo que la fragmentación es limitada)
En cualquier caso, creo que te equivocas en atribuir la crisis de representatividad del parlamento al cambio del sistema electoral.
Es un fenómeno mucho de más largo plazo, que se venía gestando desde mediados de los 90.
Y tiene que ver con causas muchos más estructurales: sistema político y de gobierno con poca capacidad de maniobra por efecto de la constitución y sus enclaves autoritarios ( vigentes hasta 2005), que impedían a las mayorías políticas actuar, los escasos poderes del parlamento en relación al presidente, la percepción de ineficacia del parlamento, fruto de los factores antes descritos, percepción de privilegios indebidos, por altos salarios, administración poco transparente del parlamento, demasiadas regalías y periodos de descanso, y por su puesto los casos de corrupción que hemos sabido en los últimos años, que incluyen apitutamiento, cohecho, financiamiento ilegal, vínculos con redes criminales....
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