Las flores de Bach son químicos que tienen algún grado de incidencia en las funciones neurofisiológicas, como punto de partida, así que algo hacen. Por otra parte, se acompañan de una visión bastante más terapéutica que medicalizada, en la que se crean las flores de acuerdo a las características de cada persona, hay una teoría a la base.
Sobre efectividad hay evidencia contradictoria, pero probarlas es una buena alternativa a los fármacos, pensando en que ya sea por efecto químico o efecto placebo, generan resultados en algunos casos.
Ahora, creo que el tema de fondo es otro... hay que mirar las dificultades como "síntoma", es decir, expresión de otra cosa o conflicto. Si el niño es inquieto, la solución parte por entender desde donde viene su inquietud. Así en cualquier manifestación "anormal" o fuera de la regla.
Punto aparte es la excesiva medicalización en los colegios a propósito de un sistema escolar que no considera la naturaleza infantil: el juego y la espontaneidad son penalizados.