No me habia dado el tiempo de responder. Pero he seguido la discusión con atención.
Y hay harto paño que cortar. Obviamente apruebo por acá.
No citaré para evitar dar la lata, pero creo que se notará a quien le comento.
Primero, me sorprende que varios de los liberales de acá estén asustados de la convención constitucional porque la teoría constitucional estándar diga que teóricamente no hay restricciones para lo que pueda hacer un poder soberano constituyente y que se lo atribuyan a Atria y a Joignant. Mesina y Salazar han sostenido esa tesis, pero el resto de intelectuales apruebo, incluyendo a Atria, Bassa o Vieira han dicho en todos los tonos que algo así no puede suceder, en tanto no se conduce con que la convención constitucional debe convivir con otros poderes constituidos, como por el hecho de que la constitución actual pone límites claros para evitarlo. Lean el articulado sobre las atribuciones de la convención.
Los que hablan de la incertidumbre y el riesgo supuestamente destructivo de la convención y lo usan como argumento para rechazar, hablan como si el país actualmente estuviese en una situación normal, como si nuestras instituciones fueran legítimas, la economía estuviera sana y la ciudadanía contenta.
Estimados, deberían saber que el país ya se fue a la mierda. No solo el orden neoliberal están en crisis. Es todo el orden social, político y económico.
Por eso me parece absurdo lo que dicen. Hablan como si el país aguantarse los dos años de gobierno que quedan en esta situación de normalidad anomica. Para bien o para mal, el proceso constituyente es el único camino de salida que tenemos a la crisis institucional que hay. Y eso es así porque el gobierno prefirió entregar la constitución a hacer reformas a la estructura económica y social, aumentando impuestos y gasto público.
Muchos de los que acá votan rechazo también estarían espantados si se hubiese tomado el camino reformista y no el constitucional.
En cualquier caso, el punto es que no seguir el camino constituyente también genera enorme incertidumbre, caída de la inversión, inestabilidad cambiaria, nos expondrá a brotes de violencia callejera, a polarización política, al desarrollo de nuevos liderazgos populistas, al riesgo de caída del gobierno, entre otros. La anomia es parte de la normalidad por desgracia, así que es casi imposible que el remedio sea peor que la enfermedad, porque la enfermedad es terminal.
Por demás, no hay ninguna prueba de que esto este organizado por nadie. Todos los intentos de justificar una supuesta intervención extranjera o de buscar grupos organizados a alto nivel han fracasado. Y aunque los hubiera, no hubiesen logrado este resultado sin un campo muy bien abonado y preparado por la historia. Entiendan de una vez que lo que está pasando no se puede atribuir a ninguna conspiración u organización macro. Y las que hay tienen un rol muy secundario. Para que pase lo que está pasando tienen que haber graves problemas en la legitimidad del sistema social, politico y económico, ya que el final lo que cuenta es que las masas sientan que el orden es algo que no vale la pena defender o incluso que valga la peña destruir, a pesar de los costos que tienen para todos.
Sobre lo informado del debate, es cierto que que hay serias confusiones respecto a lo que significa democracia y a como impacta la constitución a la política y al estado. Pero yo evitaría llamar ignorante al resto, porque han dicho varias cosas equivocadas.
En primer lugar, debería se debería saber que nuestra constitución no es una constitución de mayorías. Fue creada en dictadura por un grupo de iluminados y está diseñada para limitar lo más posible la capacidad de acción política de las mayorías.
Una democracia se define por una dualidad. Por un lado, por permitir que las mayorías puedan decidir soberanamente sobre los destinos del país, y por otro lado, por restringir el poder del estado y esas mayorías para que no pasen a llevar los derechos de las minorías. Y ese equilibrio varía de constitución en constitución. La nuestra es una constitución anti-populista radical, que limita mucho la capacidad de acción de la política y al mismo tiempo transforma los derechos de los individuos en libertades mercantilizables individualizadas. Esa es la lógica de los quorums supramayoritarios que protegen los pilares del modelo.
Por otro lado, el juicio sobre el actuar político de la oposición de algunos es errado. Primero que nada, el gobierno es mayoría solo porque obtuvo buena votación presidencial. Pero es minoría en el parlamento y por lo mismo lo normal en una democracia, y en especial en una democracia como la nuestra, en donde la política en general tiene poco poder, pero al mismo tiempo este está concentrado en la presidencia, es que el gobierno deba ceder y negociar con la oposición. Así fue durante casi todos los gobiernos de la concertación: un presidente fuerte que al final debía negociar con la derecha, ya que nadie tenía mayoría clara. Por otra parte, aún teniendo un congreso fragmentado y polarizado, el gobierno siempre ha obtenido votos suficientes para sus iniciativas, DC mediante.
También creo que la apreciación de una convención constitucional altamente polarizada y que no tendrá éxito es equivocada, ya que ignora tres factores clave del estallido social y de la política que va emergiendo: que el eje izquierda derecha ha perdido sentido en la ciudadanía, que todos los partidos políticos carecen de legitimidad, que es probable un aumento importante de la participación electoral, y que un fracaso de la convención constituyente es algo que no le conviene a nadie, ya que es la única salida que hay a esta crisis terminal del sistema político y social. Es errado a mí parece pensar que la convención constitucional tendrá mayoría de izquierdas o que queda compuesta de manera similar al congreso actual, por la acción combinada del descrédito de los partidos, el aumento de la participación electoral y la disolución de la tensión percibida izquierda-derecha.
La convención constitucional es muy probable que esté compuesta en un porcentaje importante por independientes de distinto origen y por lo tanto con mayor flexibilidad ideologica que el parlamento actual.
Por demás, existe una parte de la derecha que es perfectamente capaz de obtener acuerdos sustantivos con una sección importante de la izquierda organizada.
Si bien parten de visiones de mundo distintas y no tienen la misma visión respecto al rol del estado, y se han criticado ácidamente en el pasado, es notable como autores como Ortuzar, Herrera, Squella o Mansuy comparten no pocas cosas en el diagnóstico y en las soluciones con Mayol, Atria o Bassa.
Dejo como ejemplo este debate entre Mayol y Herrera de hace un par de meses, en el que si bien hay diferencias, en la práctica nunca se refutan, sino mas bien se complementan:
https://youtu.be/xQJ8Ecoem6AO este que recopila varios libros sobre el estallido desde distintas posturas.
https://youtu.be/WUsDeDrfa40En síntesis, existe un consenso posible: el consenso de los liberales en todos sus sabores. El consenso entre los Desbordes y los Boric.
Sobre la importancia del proceso constituyente.
Yo creo que la constitución actual si es un problema para hacer reformas. Pero no para todas. La redacción del texto y los quorums supramayoritarios que limitan ciertas reformas posibles afectan más a temas como educación, agua, propiedad, estado emprendedor o salud que pensiones, apertura de mercados y corrupción, donde la constitución orienta poco lo que se puede o no hacer.
Hay varias reformas que se pueden hacer sin cambiar la constitucion, otras en que es más complejo.
En cualquier caso, eso es lo menos importante a mi gusto. La creación de un estado bienestar pasa solo en parte por una nueva constitución. Es una condición necesaria en parte, pero nunca suficiente.
Para eso lo que se necesita es un gobierno empoderado y con legitimidad.
Y eso es lo verdaderamente importante. El problema hoy es que el orden social, político y económico ha perdido demasiada legitimidad. Es percibido como un orden abusivo e injusto, dominado por élites corruptas e irresponsables, que solo buscan su propio provecho ( sea esto verdad o no). Y por eso 30-40% de la población justifica la violencia como forma de manifestación y los violentistas de todo tipo están en su salsa.
Para arreglar esto, ya que el gobierno ha cerrado la puerta a reformas sociales que se noten y la clase política y empresarial han hecho pocos o nulos gestos de contrición, lo que queda es el proceso constituyente. Lamentablemente.
Es la re creación del orden, el restablecimiento de la esperanza y la ilusión de que las élites y el sistema político trabajan para el bien común.
Y para ello es importante el proceso en sí mismo ( y para eso era fundamental la paridad y los ajustes para independientes) tanto como el resultado. Y del resultado en realidad lo que importa es que se renueven las instituciones incorporando mayor participación ciudadana, mayor accountability y transparencia, con mayor flexibilidad y capacidad de adaptación a la voluble ciudadania, y con menos temas definidos constitucionalmente. Y que los derechos garantizados sean derechos más que libertades, aunque no sean muchos ni esten muy detallados.
En suma, lo importante es que de esto nazca una política legitimada y con mayor capacidad de acción.
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