Las cintas de Betamax tenían mejor calidad de imagen que las de VHS pero tenían un gran problema: las cintas vírgenes Beta solo era de 1 hora de grabación mientras que la VHS eran de 2 horas de grabación. Esto inclinó la balanza en favor del VHS.
Otro hecho que hizo perder la guerra a Betamax fue la avidez de Sony por obtener regalías de su invento. Mientras que JVC prefirió sacrificar dichas ganacias y abrir su estándar, las restricciones del Betamax llevaron a que en 1984 sólo doce compañías lo apoyaran, contra las cuarenta fabricantes de reproductores VHS.
En 1984, Sony vendió 2.300.000 unidades de betamax. Su competidor vendió tres veces esa cantidad. La carrera estaba perdida. En 1988 Sony admitió su derrota y anunció la producción de una línea de grabadoras en VHS. VHS tenía el 95% del mercado. El resultado, VHS se convertiría en el estándar por los próximos 10 años.