Nadie sabe en qué terminará un sismo, cuando estás situado sobre una zona de falla o de interacción de placas como en Valdivia.
Acá un sismo de 3 grados richter ya preocupa a la gallá, porque nadie anuncia de qué graduación será el sismo.
Yo por eso comprendo a los californianos y también me meto debajo de la mesa.