Últimamente la palabra empeñada vale caca para algunas personas.
Les cuento una historia y opinen.
Un amigo, tras múltiple hostigamientos de otra persona que se encontraba cesante, le consiguió una entrevista para optar a un puesto trabajo con gran proyección en una buena empresa. Esta persona fue a la entrevista, y luego de pasar un tiempo... la persona cesante estaba desesperada por no tener trabajo. Así las cosas, tras las influencias y gestiones de la primera persona (que le consiguió la entrevista), en el departamento de recursos humanos, esta persona quedó seleccionada.
Todo bien, hasta que unos días antes de entrar a trabajar, esta persona avisa intempestivamente que no va a ir a trabajar a esa empresa, porque lo llamaron de otro lado (por un poco de más lucas).
Lo malo, es que esta persona de buena voluntad quedó "como chaleco de mono" en el lugar donde trabaja; ya que puso las manos al fuego por la persona, que no tenía palabra. Hasta el gerente lo tiene vetado, por recomendar a personas chantas. Y lo pero de todo, es que su puesto de trabajo y continuidad en la empresa también está en tela de juicio.
¿Que opinan de esta historia?
Yo creo que más que seguirnos por las reglas de mercado, hay cosas superiores que el dinero. Si uno pone su palabra de por medio, uno se obliga a realizar una cosa, y debe hacerlo, aunque existan varias consecuencias inesperadas. Me da lata por este amigo, que por ser buena onda con alguien que no vale la pena, quedó mal en su lugar de trabajo. Lo peor de todo, es que quedo en la lista negra en el departamento de R.R.H.H. de su empresa.