Certificado médico que diga que la persona se encuentra con sus capacidades cognitivas ok y apta para firmar documentos notariales.
Ese certificado se inserta en la escritura. Es muy probable que si el notario es responsable, se acerque y le haga unas preguntas a la persona para confirmar que sabe lo que está firmando, pero aun cuando la encuentre ok, exigirá ese certificado.