Cuando me chocaron y fui citado al JPL, me quitaron mi licencia (pequé de weón, porque el funcionario me pidió la licencia, pero yo pensé que era para fotocopiarla y no para retenerla), y recién me la devolvieron luego que salió la sentencia.
En el camino se acabó el plazo del permiso provisorio para manejar y tuve que ir a renovarlo (a un valor de $1.500).
También se la quitaron al gallo que me chocó, porque en una de las ocasiones que fui a declarar vi que la tenían corcheteada igual que la mía.