En mi opinión, todo el procedimiento de multas de tránsito y funcionamiento de los JPL está en la prehistoria.
Las licencias de conducir deberían tener un código de barras o QR que el carabinero pudiera escanear al sacarte una multa. Ahí, de manera automática, debería quedar registrada la fecha y hora de la citación y te debería llegar a tu mail ese dato (o te lo pueden dar, además, por escrito al sacarte el parte). Con eso, no es necesario retenerte la licencia: si sigues manejando después de la citación, cuando te escaneen la licencia aparecería que no estás habilitado para manejar y listo.
Con eso, en casos excepcionales (como los actuales) los JPL podrían actualizar en este sistema las fechas y horas de todas las audiencias, permitiendo a todos los afectados seguir manejando hasta la nueva citación.
Además, cuando manejas en Chile con licencia otorgada en el extranjero, también hay que buscar otra solución, porque quedarte sin licencia y que te la cambien por una citación funciona cuando estás en Chile, pero no cuando vuelves a tu país. Probablemente para eso se requerirá algún acuerdo nivel Mercosur (mejor si es a nivel americano) para homologar el contenido del código de barras o QR que tienen que tener las licencias.
Un sistema así también permitiría, por ejemplo, que una persona que tiene una citación pendiente y le sacan otro parte, pueda tener un tratamiento distinto (parece razonable que si mientras espera la citación por un parte te sacan otro, la hora de tu citación se debería adelantar de manera urgente... y si te sacan un tercer parte, deberías quedar impedido de manejar hasta ir al JPL).
Por otra parte, la tramitación en JPL debería ser electrónica.

diste una "clase" de transformación digital!
Efectivamente, tenemos un sistema judicial añejo, temeroso de perder sus privilegios y honores. Para implementar este tipo de soluciones tienes que convencer al estado que eso les genera más recaudación y a los jueces que no les quita potestades. Ya en un nivel más macro meterle número al beneficio social para hacerlo posible.
Y, aquí viene lo feo, ser amigo del que pone la Orden de Compra al proyecto. Lo que otra vez nos muestra la real cara de Chile. Ni te cuento cuantas veces perdimos proyectos superiores en técnica y costos con otros proveedores por el simple hecho de tener otros acuerdos tácitos con la institución estatal mandante. Proyectos que muchas veces, luego de dos meses full de trabajo, pruebas de concepto y presentaciones de propuestas completas y pago de boletas de garantía terminaban siendo botados a la basura. Ya sea porque el que ganó técnico-economico era "demasiado bueno" = propuesta declarada como "desierta" o porque se le adjudicó a la empresa con otros intereses creados, amistades, cercanías o, simplemente porque la propuesta venía cocinada para favorecer a X proveedor.
Por otro lado, cuando lograbas adjudicarte un proyecto, te encuentras con una contraparte que quiere todo gratis y no duda en exigir adicionales y cobrar multas y boletas de garantía si no accedes. Asimismo, que cuanto corresponde hacer un pago, se toman 3 a 6 meses o cuando corresponde devolver boletas de garantía no lo hacen. U otros casos en donde contratan proyectos a varios años y a mitad de estos deciden no seguir adelante, pero tampoco te devuelven las boletas de garantía e incluso te obligan a incurrir en gastos de renovación para extender sus plazos a cambio de nada.
Te comento que todas estas situaciones redituaron en que nosotros como empresa nos hemos marginado de ser proveedores del estado en forma permanente.
Créeme que cuando te digo que Chile da vergüenza, es por algo.