Yo premiaría a los abnegados profesores que en vez de cruzar sus brazos y alegar como cabros chicos; siguen contra viento y marea tratando de dar lo mejor de sí a un grupo de pendejos mal agradecidos, caprichosos y faltos de respeto.
Eso, a entregar galardones a un hatajo de haraganes que se dedicó a mover masas para cautivar votos para su carrera política.