Hay que señalar que en esta ocasión, Mañalich se paseó a todos los diputados de la nueva fechoría.
Cabe recordar que la derecha apoyó la interpelación, porque Mañalich lo pidió, ya que estaba deseoso de enfrentar a los diputados.
Le tenían 40 preguntas y las redujeron a 25, y el gordito dejó a todos en ridículo. Al final, sirvió para demostrar la tremenda gestión que ha hecho, y que esto es un sólo circo.
Tanto así, que terminó diciendo esto:
"
Formalmente que no se les vaya a ocurrir poner mi nombre a un hospital. Sí les pediría que tuvieran la decencia de poner a un gran hospital de Chile el nombre Sebastián Piñera, que creo es lo que corresponde"

