Ahora que estoy nuevamente en posesión de mis facultades, escupir es un acto de rotería, de mala educación, de mala leche, repudiable, en cualquier persona.
Quien vaya a un féretro y lo escupa, o a una autoridad, o a un jugador de fútbol, quien sea, y lo escupa, se merece flor de combo en el hocico. Es actitud propia de los flaites más flaites de las poblas, lanzar un gargajo.