V. EL MITO DE LA NECESIDAD DE LA INVERSIÓN EXTRANJERA
El argumento más utilizado por los defensores de la inversión
extranjera en la minería del cobre, es afirmar que si esa inversión no viene a Chile:
1) Ella podría ir a otros países, provocando igualmente sobreproducción y baja del precio del cobre;
2) Además, Chile perdería los beneficios que toda inversión extranjera aporta a un país.
El Sr. Marcos Lima, ex Presidente Ejecutivo de Codelco, en una
intervención en el Senado el 11 de agosto de 1999, para justificar la
sobreinversión extranjera en Chile sostuvo:
“Si nuestro país no hubiera desarrollado sus recursos mineros, otros lo hubieran hecho, incentivados por los elevados precios
que se dieron luego de la crisis anterior de precios ocurrida en los años 80”.
Rechazamos totalmente esta argumentación, porque ella no corresponde a la realidad de la minería del cobre chilena y mundial,
como lo analizaremos en detalle.
a) La minería del cobre en el resto del mundo
La inversión en el resto del mundo, sólo podría abastecer, a lo máximo, un crecimiento normal de la demanda, pero materialmente
es imposible que pueda generar una sobreproducción y baja del precio del cobre, como la que se generó desde Chile, por las siguientes razones:
1) No existe ningún país productor de cobre que, como Chile, tenga reservas tan importantes, con yacimientos tan accesibles y de
bajo costo, proximidad a los puertos de embarque, excepcionales condiciones climáticas de explotación y óptima calidad de sus trabajadores y profesionales. Además, en ninguna parte del mundo se puede producir una libra de cobre fino a un costo de 40 centavos de dólar o menos, como lo hace La Escondida, la mina chilena más grande del mundo, que con más de un millón de toneladas produce más que el segundo productor mundial de cobre: Indonesia. Por estas condiciones, Chile es el único país en el mundo que está natural y materialmente en condiciones de crear sobreproducción, al poder poner en producción más de 500 mil toneladas en un sólo año. No existen otros países que puedan hacer lo mismo, ni aunque todos los productores de cobre del mundo se unieran.
2) La evidencia más incontestable de lo que afirmamos, se advierte en el cuadro 3 del capitulo IV, que nos muestra que en los 17
años del gobierno militar, Chile aumentó su producción en 225.000 toneladas más que el resto del mundo, y que en estos últimos 14
años, Chile aumentó su producción en 5 veces más que el resto del mundo. La sola producción de Codelco Norte, supera la producción
de cobre de cualquier otro país productor de cobre.
3) Chile produce 5 veces más que EEUU e Indonesia, 6 veces más que Australia y Perú, 9 veces más que China y Rusia, etc.
Los otros competidores de Chile en el comercio mundial de cobre de mina, producen 10 o más veces menos que Chile. Más aún,
para la mayoría de los países su producción interna no alcanza a satisfacer su mercado interno.
En consecuencia, desde el punto de vista de la capacidad productiva, es imposible que otros países puedan crear sobreproducción
de cobre a escala mundial. Sólo Chile tiene esa capacidad.
4) En cuanto a las reservas de cobre de Chile, es necesario repetirlo, representan entre el 40 y el 50% de las reservas mundiales, y no
existen otros países que tengan ni la cuarta parte de las reservas chilenas. Por lo tanto, en función de sus reservas, fuera de Chile no existe otro país en condiciones de generar sobreproducción mundial de cobre.
5) Finalmente, es muy difícil que en otros países se puedan encontrar las condiciones jurídicas, tributarias y políticas que existen
en Chile, donde se ha producido una espontánea unidad entre los partidos de la Concertación en el gobierno y los partidos de la oposición de derecha, para favorecer a la inversión extranjera en el cobre, al extremo que ni siquiera deben pagar impuesto a la renta. Chile es el único país productor de cobre en el mundo donde no se paga el royalty o renta minera, con la excepción de México.
En los últimos 5 años, no se ha puesto en explotación ningún nuevo yacimiento de importancia en el mundo, salvo en Chile. Ello prueba que solo Chile tiene la capacidad física de generar sobreproducción mundial y que si prohibiéramos al capital extranjero producir por sobre la demanda, una parte de esa inversión podría ir a otros países, pero en ningún caso generar sobreproducción mundial de cobre.
El otro mito que se repite a menudo, como un verdadero dogma neoliberales que las empresas extranjeras del cobre son beneficiosas
para Chile. Pero no es nada más que eso, un mito.
b) Los “beneficios” de la inversión extranjera.
Como ya lo habíamos señalado, las empresas extranjeras que invierten en Chile son, en su mayoría, gigantescos conglomerados
minero-metalúrgicos que poseen minas, fundiciones, refinerías, empresas manufactureras e industrializadoras del cobre y de otros minerales, con plantas en diferentes países desarrollados o “emergentes” de Asia, que compran el cobre chileno a través de filiales
comerciales ubicadas en países o islas con paraísos fiscales, donde no pagan impuestos a las utilidades. Su objetivo primordial no es
obtener utilidades en nuestro país, sino que controlar y asegurar el abastecimiento de sus fundiciones, refinerías, y diferentes tipos de
fábricas elaboradoras de cobre.
Son las casas matrices, u otras filiales comerciales o metalúrgicas, las que se benefician del bajo costo del cobre comprado en Chile,
que les permite fabricar manufacturas con un gigantesco valor agregado y obtener cuantiosas ganancias en el extranjero.
Y si las empresas extranjeras del cobre, no generan utilidades en Chile y no pagan impuesto a la renta, no generan más trabajo, ni
valor agregado en nuestra economía, entonces: ¿Dónde están los “beneficios” para Chile de la inversión extranjera en la minería?
El caso más típico y antiguo de la inutilidad de la inversión extranjera en la minería, es el de la Cía. Minera La Disputada de
Las Condes, propiedad de la multinacional Exxon, de EEUU, que en 24 años jamás pagó impuesto a la renta en Chile, porque siempre
declaró pérdidas. Sin embargo, hoy sabemos, por los informes entregados por el Comité de Inversiones Extranjeras, que La Disputada
envió más de 800 millones de dólares a las filiales financieras de Exxon en Bermudas y Bahamas, en pago de intereses por los préstamos. Esta es la prueba más evidente, de lo que señalábamos anteriormente: Estas empresas generan cuantiosas utilidades, pero en el extranjero, en Chile sólo pérdidas.
Los defensores de las empresas extranjeras han dicho que gracias a la inversión que éstas han hecho en exploración, las reservas
de cobre de Chile han pasado de 85 millones, en 1987, a los actuales 300 millones de toneladas. Ese argumento también es falso. Ya en 1971, cuando se discutió la nacionalización del cobre, se daba una cifra de 115 millones de toneladas para las reservas chilenas, y más tarde, durante el régimen militar, en 1982 y 1983, se admitía que Chile poseía 150 millones de toneladas de reservas, esto es, casi el doble de las rangos que entrega la SONAMI y el CONSEJO MINERO como estimación actual.
Por otra parte, todos los grandes yacimientos mineros privados que hoy se encuentran en explotación ya estaban descubiertos y estaban reconocidos por el Instituto de Investigaciones Geológicas en 1973, como lo declaró en el Senado su ex-director, el ingeniero Eduardo Falcón. En consecuencia, los mayores aportes en exploración y descubrimiento de reservas mineras siempre los ha hecho el Estado chileno.
Los defensores de las transnacionales mineras nos dicen que las mineras extranjeras generan numerosos encadenamientos productivos, pero en una documentada exposición del economista y profesor de la Universidad Católica del Norte Sr. Patricio Aroca, en la Comisión Especial del Senado sobre Tributación Minera, sostuvo que desde 1986 en adelante, los encadenamientos de la minería con el resto de la economía nacional han decrecido constantemente, a medida que las empresas extranjeras han ido sobrepasando la participación del Estado en la producción de cobre. Este decrecimiento de los encadenamientos de la minería con el resto de la economía, lo demostró el Sr. Aroca no sólo en base a proyecciones econométricas, sino que es el resultado directo de los balances insumo-producto, que cada ciertos años realiza el Banco Central. “Es decir, la estructura de compras de insumos a la economía chilena no refleja una mayor conexión con ella, sino todo lo contrario”, concluye el documentado estudio del Profesor Aroca. Todos estos informes irrefutables, que ilustran objetivamente la realidad de nuestra economía, echan por tierra las pretensiones de SONAMI, del Consejo Minero e incluso de COCHILCO, sobre el creciente aporte de la minería extranjera al resto de la economía nacional.
En cuanto a la creación de empleos, las cifras de COCHILCO hablan por sí solas:
El personal total ocupado en la minería era de 80.084 personas en 1989, y bajó a 47.304 el año 2002. Esta baja en el empleo se debe
al hecho que la baja del precio del cobre (por efecto de la sobreproducción que generaron las mineras extranjeras), llevó a la ruina a
gran parte de la pequeña y mediana minería, que eran, precisamente, las que generaban más empleo en la minería, empleo que casi no crean las grandes mineras por la gran intensificación tecnológica de sus explotaciones. En suma, las mineras extranjeras destruyen más empleo del que generan, por lo que su aporte en este sentido es negativo.
Sobre la inversión extranjera en la minería, podemos decir, en conclusión:
Primero, hemos demostrado que con sus aportes al fisco, CODELCO es, lejos, el mejor negocio que ha hecho Chile en toda su
historia.
Segundo, el éxito de CODELCO ha demostrado que Chile no necesita la inversión extranjera para desarrollar su minería, ya que,
a pesar de la grave crisis financiera de los años ochenta, Codelco pudo triplicar su producción con sus propios recursos, sin recurrir a
la inversión extranjera.
Tercero, hemos demostrado que tanto en lo que se refiere al monto de los salarios como de las condiciones de trabajo, los trabajadores de Codelco se encuentran en condiciones muy superiores a los de la minería extranjera.
Cuarto, hemos demostrado que Codelco es una de las empresas
mineras más eficientes del mundo.
Finalmente, si hemos comprobado que la nacionalización de la gran minería del cobre es el mayor éxito económico que ha tenido
Chile en toda su historia, en contrapartida lógica, la inversión extranjera y la consecuente desnacionalización de gran parte de la gran
minería del cobre, no puede ser sino el mayor error económico de la historia de Chile.