¿A través de declaraciones por la TV?
Chile no se ha sentado con Bolivia a conversar estos temas en serio, sin la Haya de por medio. Ese es el punto y ahí es donde Chile debiera tomar la iniciativa y darle corte al tema.

Propuesta chilena de cesión territorial por un corredor al norte de Arica.
El 26 de agosto de 1975, el embajador Gutiérrez envió al gobierno chileno un memorándum con algunas de las posiciones de Bolivia respecto al tipo de canje territorial, que planteaba dos peticiones: el corredor al norte de Arica y un enclave entre Pisagua e Iquique. El memorándum contenía los siguientes puntos:[4]
Cesión a Bolivia de una costa marítima soberana entre la Línea de la Concordia y el límite del radio urbano de Arica. El territorio se prolongaría al interior hasta la frontera boliviana, incluyendo el ferrocarril Arica-La Paz. Además, se solicitaba la adopción de un régimen autónomo para Bolivia en las operaciones de comercio exterior ejecutadas en el puerto de Arica.
Cesión de un territorio soberano a lo largo de 50 kilómetros de extensión por la costa y 15 kilómetros hacia el interior en una zona cercana a Iquique, Antofagasta o Pisagua.
El 19 de diciembre, el ministro de Relaciones Exteriores Patricio Carvajal responde que acepta entrar en negociaciones con Bolivia con el fin de «alcanzar una solución adecuada, total y definitiva a la mediterraneidad de Bolivia». Carvajal, además, indica que las negociaciones no alteran lo establecido por el tratado de 1904 y que la propuesta es de cesión del corredor, descartando cualquier cesión de algún enclave hacia el sur pues afectaría la continuidad del país.
Carvajal indica que el corredor estaría configurado por el territorio enmarcado por el límite entre Chile y Perú por el norte y un límite por el sur definido como:
... la quebrada de Gallinazos y el borde norte superior de la quebrada del río Lluta (en forma que la carretera A-5 de Arica a Tambo Quemado quede en su totalidad en territorio chileno) hasta un punto al sur de la estación de Puquios y luego una línea aproximadamente recta que pase por la cota 5.370 del cerro Nasahuento y se prolongue hasta el actual límite internacional de Chile con Bolivia.[5]
La cesión incluiría el territorio terrestre ya descrito y el territorio marítimo ya comprendido entre los paralelos de los puntos extremos de la costa que se cedería (mar territorial, zona económica y plataforma submarina). La cesión estaría condicionada a un «canje simultáneo de territorios, es decir, una superficie compensatoria equivalente como mínimo al área de tierra y mar cedida a Bolivia», el cual podría ser «continuo o integrado por distintas porciones de territorio fronterizo».
Algunas disposiciones adicionales incluirían la libertad de uso de las aguas del río Lauca y la desmilitarización de la zona cedida a Bolivia. Las instalaciones estatales serían adquiridas (como el aeropuerto de Chacalluta y el tramo del ferrocarril entre Arica y Visviri) sería adquirido por Bolivia a precio de reposición, mientras los derechos privados serían respetados. Los territorios canjeados no se podrían ceder a una tercera potencia y se reconocía el acuerdo como «solución plena y definitiva» de la mediterraneidad de Bolivia.