Simple, porque no leyó que entre las personas que me parecían más idóneas una de ellas era Lily Pérez, mujer muchísimo más lúcida y preparada para un cargo de alta envergadura que Evelyn Mathei. Siempre he considerado a Alfredo como una persona ilustrada y ponderada pero en esta ocasión cree que porque la Mathei grita, insulta y ofrece sanciones a diestra y siniestra que nunca lleva a efecto, cumple con los requisitos para ser una buena candidata. No hay que confundir el carácter y la fortaleza con el descriterio, el insulto y la grosería.
Doña Evelyn, insisto, tiene un oscuro pasado político el que para muchos, salvo los más viejos como yo, es desconocido. A la vez carece de la ponderación, del manejo político que la Presidencia requiere, pero cada cual cree que de su lado está verdad.