Los V12 están diseñados para ser la perfección sobre ruedas: aceleraciones brutales pero silenciosas, velocidades crucero altístimas (con tranquilidad sobre 300 km/h), un nivel de rumorosidad bajísimo (¿recuerdan el ejercicio de la moneda de canto sobre el radiador del Rolls Royce? y un nivel de fiabilidad a toda prueba, considerando que el esfuerzo que hacen esos motores es mínimo.
El problema, es que son carísimos de producir y de mantener. Por eso son tan escasos y sólo los encuentras en buques insignia de marcas de lujo (MB S65, Audi A8 W12, BMW 760 Li) o en marcas de super lujo (Bentley Continental, Rolls Royce Phantom, Maybach, etc).
Bueno, obviamente además de las marcas más radicales de superdeportivos con V12: Ferrari, Lamborghini.