Fuente: La Tercera...
Para un extranjero, cuesta entender que Dodge escoja a Austin, la capital del sureño estado de Texas, para lanzar su modelo más esperado del año y el que de seguro marca una nueva era para el Grupo Chrysler.
Austin no es un destino turístico ni cuenta con grandes atractivos, más allá de su capitolio, una réplica casi exacta del que se encuentra en Washington, y desde donde se manejan los destinos del segundo estado más grande de la Unión Americana.
Quizás si con la elección de esta ciudad los ejecutivos de Dodge buscaron simbolizar lo mismo que el Dart representa para el futuro de la compañía. Si Austin, una ciudad universitaria y moderna es brisa fresca en un estado ultraconservador como Texas, el Dart es novedad y renovación en el todavía convencional catálogo del Grupo Chrysler.
El Dodge Dart es un sedán mediano que nace directamente de la colaboración con Fiat. De hecho, es el primero de una larga lista en utilizar una plataforma italiana y construirse en Estados Unidos (o viceversa), representando el inicio de una nueva era de colaboración entre ambas marcas, que dará vida a más de una decena de nuevos modelos.
La gracia es que el Dodge Dart es un verdadero dardo (la traducción de su nombre) al corazón de los problemas que de alguna u otra forma determinaron la quiebra de la compañía americana tres años atrás. Ofrece un diseño atractivo y distinto, una alta calidad de materiales y terminaciones interiores, nuevos motores y transmisiones eficientes, y mucha tecnología disponible, todo por un precio muy alcanzable.
Obviamente que estas cualidades deberían ser traspasadas a Chile cuando el Dodge Dart haga su aparición en el país, en una fecha cercana al Salón del Automóvil de Santiago, que se celebrará a principios de octubre.
Ya previo a la presentación del modelo, los encargados de marketing se apuran en resaltar el nuevo estatus de la marca, con 16 nuevos modelos desde 2011, 25 meses consecutivos de crecimiento y un aumento paulatino de las ventas. Y todo esto sin participar del segmento de los compactos, que hoy representa el 17% del mercado estadounidense, y es el que más ha crecido en los últimos años. Por eso se espera tanto de este auto.
El Dart usa como base la plataforma del Alfa Romeo Giulietta, la que fue ensanchada en 50 mm y alargada en otros 300 mm para ganar habitabilidad y poder transformar un hatchback en un sedán. El resultado son plazas traseras tan amplias como en un sedán del segmento D, y un voluminoso maletero.
Hecho esto, la marca agregó un diseño muy deportivo, con clara inspiración italiana, pero con el sello de una firma 100% americana, destacando su nariz vertical, sus luces de posición baja, su clara línea de coupé y su ancha luz trasera (firma de Dodge), marcada por 152 diodos led.
La firma gastó 600 horas en el túnel de viento para conseguir la mejor aerodinámica del segmento (0,28), y aumentó los aceros de alta resistencia a un 68%, para mejorar la rigidez y la seguridad.
Los otros componentes, como la suspensión delantera McPherson y trasera multilink, y la dirección de asistencia eléctrica, también son herencia del Giulietta.
La marca indica que el auto tiene el balance perfecto entre la deportividad y dinamismo conductivo de un auto europeo, con el confort característico que se le exige a un sedán americano.
El Dart tiene disponibles dos motores Tigershark de origen Chrysler, un dos litros de 160 Hp y 200 Nm y un 2.4 de 184 Hp y 232 Nm, así como el excelente 1.4 litro Turbo, con 160 Hp y 250 Nm de par, proveniente de Fiat. Las transmisiones de seis marchas mecánica y automática son de la casa, mientras que desde Italia arriba una nueva caja de doble embrague, que estará disponible sólo para el motor turbo.
Dodge venderá el Dart en cinco versiones de terminaciones y equipamiento (SE, SXT, Rallye, Limited y R/T), pero la marca destaca que ya de serie ofrece elementos poco comunes en el segmento: 10 airbags, control de estabilidad, cámara de retroceso y una pantalla táctil de 8,4 pulgadas, desde donde se controlan todas las operaciones del auto.
Si todo ello llega a Chile y a los precios que se manejan para Estados Unidos (desde US$ 16.000, unos $ 8.000.000), el Dart será, sin duda, un suceso en el país.


