El Qoros 3 Sedan ha obtenido una puntuación de 5 estrellas en las pruebas de seguridad Euroncap, a las que se someten prácticamente todos los vehículos que se venden en Europa, y que constituyen el estándar de seguridad a este lado del Atlántico. Esa es la noticia, pero me temo que el calado de la misma no se queda en un mero test sino que va bastante más allá.
Los coches chinos son prácticamente desconocidos en Estados Unidos y Europa. Siendo sinceros, la idea que tenemos de ellos es más o menos la misma que la que tenemos de un producto de bazar: barato, malo y previsiblemente una copia de otra cosa. En mi modesta opinión es hoy, precisamente hoy, el día en que tendremos que recalibrar esos prejuicios y abrir el interrogante que, hace no tanto tiempo, se abrió para la industria automovilística coreana. De momento, China ya está aquí.
El Qoros 3 Sedan es un modelo de origen chino que viene dispuesto a desembarcar en Europa. Ya han abierto su primer concesionario en Bratislava (Eslovaquia), lo que representa un primer paso de una inminente expansión por Europa. Hasta ahora, la distancia en diseño e ingeniería que separaba a las marcas Europeas de China parecía insalvable, pero el test Euroncap tiene un significado tan profundo que vamos a tener que replantearnos a qué distancia están realmente.
El problema del conocimiento es que se compra y se vende, pues está asociado a las personas que lo poseen, no a los países donde se desarrolla.
Para hacer que un coche chino sea “bonito” a los ojos de un europeo existen dos caminos: el camino largo sería desarrollar una marca durante unas cuantas décadas, basándose en diseños de éxito en el viejo continente hasta dar con una fórmula adecuada. El camino corto sería contratar un equipo de diseño de otras marcas Europeas, de probada reputación y reconocido prestigio,a golpe de talonario y llevárselos a vivir y a trabajar a Shanghai unos años con la promesa de un retiro dorado. A continuación, os presento a parte del equipo directivo de Qoros, si pasáis el ratón por encima de cada foto, veréis sus nombres y cargos en la compañía.
No es necesario aclarar, pero lo aclaro, que no estoy acusando a este plantel de figuras de la ingeniería y el diseño cuyos nombres, apellidos y rasgos faciales denotan un origen inequívocamente europeo, de cometer ninguna fechoría. Antes al contrario, están probablemente entre los mejores de sus especialidades y venden su conocimiento a la empresa en la que consideran oportuno trabajar, como todo hijo de vecino. Faltaría más. Los traigo aquí para que nos hagamos una idea de lo rápido que van a fluir los diseños “chinos” hacia el gusto europeo.
Por supuesto, quien habla de diseño habla de ingeniería, materiales, aerodinámica y todo lo que nos podamos imaginar. Por otra parte, la tecnología está muchas veces en manos de proveedores especializados, a los que simplemente se les pueden comprar sus productos para incorporarlos a cualquier coche. En este sentido, dispositivos como el control de velocidad adaptativo, el sensor de cambio de carril, el detector de ángulo muerto, lluvia, luces automáticas… están a la venta por un precio de tarifa al que puede comprar, en principio, cualquiera.
La conclusión final es que, con dinero contante y sonante y en cantidades suficientes para levantar de la nada una marca de coches (hablamos de miles de millones de euros) en realidad no hay ninguna razón para que una marca china no entre en el mercado europeo con modelos perfectamente competitivos en unos pocos años. La historia de las marcas tradicionales está presente en el subconsciente del público, pero ni siquiera esa es una barrera insalvable ante un producto bueno, bonito y barato que se ponga bien a tiro.
Tampoco conviene olvidar que el mercado chino aisladamente considerado está vendiendo este año por encima de 21 millones de coches, un volumen aplastante frente a los 16 millones que vendrá a suponer Estados Unidos en 2013 y los poco más de 12 millones de unidades que se venderán en Europa durante este año también. Como véis, también hay mercado para dar y tomar, incluso sin salir de sus fronteras.
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