Kia reveló que su nuevo buque insignia tendrá por nombre Quoris, salvo en Corea del Sur donde se llamará K9. La nueva berlina le permite a Kia dar un salto enorme en cuanto a sistemas de seguridad y asistencia.
Mecánicamente, se adelantó que el Quoris dispondrá de dos motores V6 a gasolina: un 3,3 litros de 300 caballos, y un 3,8 litros de 333 CV, ambos asociados a una transmisión automática de ocho velocidades.
Pero el flamante Quoris se ubicará en la parte superior del portafolio coreano, no sólo por sus motorizaciones, su elegante silueta o por disponer de tracción trasera, sino por los altos niveles de seguridad.
Uno de los más llamativos es el ASCC (Advanced Smart Cruise Control) o sistema inteligente y avanzado de control de crucero, el cual, mediante un radar ubicado en el parachoques delantero, detecta lo que sucede hasta una distancia máxima de 174 metros, manteniendo así la distancia adecuada con el vehículo que lo antecede.
Un aspecto especial del ASCC es que se puede configurar según lo desee el conductor, ya que cuenta con cuatro distancias de seguridad: 52, 40, 32 y 25 metros, a una velocidad constante de 90 km/h. Con el ASCC se logra una conducción más tranquila, especialmente en días de alta congestión.
El sistema ASCC además se integra a un sistema más complejo denominado AVSM (Advanced Vehicle Safety Management), que interactúa con el control de estabilidad ESC, con el sistema activo de pretensión de los cinturones de seguridad y con los frenos.
Entonces, frente al peligro de una colisión, el AVSM funciona en tres fases: cuando las posibilidades de colisión son leves, se enciende una señal luminosa sobre la pantalla LCD de la consola central y sobre el parabrisas delantero (Head up Display); cuando el conductor no bajó la velocidad o frenó sin fuerza y las posibilidades de colisión aumentan, a la señal visual se añade una señal acústica que además de mayor tensión de los cinturones de seguridad; por último, cuando la colisión es inminente, el Quoris acciona con fuerza los frenos y se ajustan los cinturones de seguridad, tanto delanteros como traseros, para minimizar los daños a los ocupantes.
Otro sistema que debuta en Kia es el control de ángulo muerto o Blind Spot Detection (BSD), que se activa mediante dos radares de proximidad ubicados en las esquinas del parachoque trasero. Estos radares detectar un auto hasta una distancia de 70 metros hacia detrás y cuatro metros a cada lado y se activa automáticamente si el auto se mueve sobre los 30 km/h.
Si el conductor no se percata de los vehículos en el ángulo muerto, recibe una señal luminosa en el espejo retrovisor lateral junto a una alarma acústica.
El sistema de cambio involuntario de carril (Land Departure Warning System) también se integra a la nueva berlina que pretende competirle a los alemanes de Audi y BMW. Este sistema, mediante radares, detecta objetos y vehículos adelante, a los costados y atrás, mientras cámaras de última generación distinguen las señales viales de la carretera que delimitan cada uno de los carriles. Se activa automáticamente sobre los 60 km/h.
Por último, para facilitar el estacionamiento del vehículo, se agregó un sistema que, a través de cuatro cámaras ubicadas en cada vértice del auto, configura una visión en 360º, enviando la imagen a la pantalla del sistema de navegación.


