No todos los días tengo la oportunidad de manejar una crossover (prefiero los autos), pero un colega necesitaba que lo ayudara con un trámite, y me pidió que la manejara. No es suya, es un auto de cortesía mientras el suyo está en el taller.
Ya había andado en ella como pasajero, y cambia bastante la sensación al estar al volante. La calidad del interior es muy alta, con cuero y aluminio, además de un techo de vidrio panorámico (que no se abre). El espacio interior es comparable al de un VW Golf, pero con mayor espacio atrás, y en los asientos traseros hay altura suficiente para alguien de 1.70m como yo. El maletero es decente. El audio es premium y se nota.
Por fuera es muy bonita y llamativa, con bastantes detalles y un diseño que no pasa desapercibido. Y en el edificio se estaciona justo al lado de una X3, y la diferencia es del cielo a la tierra. La BMW es sosa, de línea aburridas, mientras la Evoque es toda "fashion".
Al encenderla, hay muy pocas vibraciones, y al acelerarla ya andando, el 2.0T de 240HP y de origen Ford (no es un Ingenium) suena bastante deportivo. Es bastante rápida, pero al girar se nota que es alta, es notorio que es un auto alto, muy lejos de un buen auto, pero al menos andando normal es bastante soportable. La dirección no me pareció muerta pero en realidad no me llamó la atención. La parte off-road por supuesto no pude probarla, así que nunca sabré que tal funcionan la multitud de botones que controlan la tracción. Al menos pude ver el gráfico que muestra en tiempo real la repartición de torque. Igual sospecho que estas crossover jamás saldrán del pavimento.
Es muy pero muy cara, pasa los 30 millones, pero aún así se ha vendido bien en nuestro país.