Jaime Torrealba compró un auto nuevo Marca Ford Fiesta en la concesionaria Curifor de Rancagua. Sin embargo, a menos de una semana de uso, el vehículo empezó con problemas mecánicos, como que debía acelerarlo demasiado para encenderlo, tenía algunos desperfectos en las puertas traseras y al conducirlo hacía un ruido muy molesto.
El consumidor se acercó a la concesionaria a reclamar y le dijeron que debía ingresar el auto al taller para su reparación.
Sin embargo, al retirarlo éste seguía con problemas y había sumado otros desperfectos, como un nuevo ruido y un problema al parabrisas.
Al ver esta realidad, el consumidor exigió que le devolvieran el dinero, pero la empresa se negó insistiendo en las reparaciones, que según ella, era la única opción que le daba la garantía.
Finalmente don Jaime decidió ejercer sus derechos en la Justicia, quien tras los antecedentes, determinó que la empresa cometió una infracción al no entregar un producto de calidad y no permitir el correcto ejercicio del derecho a garantía legal del consumidor.
Basándose en esos argumentos, la Corte de Apelaciones confirmó la sentencia de primera instancia y condenó a la empresa al pago de 10 UTM y a devolver la suma de $4.749.118 (más reajustes e intereses) al consumidor afectado.Esta sentencia confirmó la triple opción que entrega el derecho a garantía: el cambio, la reparación gratuita, o la devolución del dinero siempre que el producto no sea “enteramente” apto para su uso, y en este caso quedó claro que eso no significa sólo que el vehículo pudiera moverse.
http://www.sernac.cl/leyes/detalle.php?id=2094