Existen en la historia automotriz, algunos modelos que fueron una especie de conejillos de indias, a los cuales se les incorporó todo tipo de modificaciones y variantes.
Se podría hablar de modelos experimentales, en el sentido de que en ellos se fue realizando la transición hacia otros modelos, que finalmente resultaron completamente distintos a los originales.
Pero la paradoja es que estos modelos experimentales, quedaron completamente olvidados con el paso del tiempo, dado que al arribar al modelo nuevo las compañías optaron por promover también nuevos nombres para estos modelos.
Que representaran desde el principio, sólo el tipo nuevo de diseño a que se había llegado, a partir de los modelos experimentales, que fueron abandonados.
Bien, uno de esos modelos experimentales fue el Pontiac Catalina, al cuál le hago un homenaje ya que en todos los foros tuercas me llamo Pontiac (doble homenaje al cacique de los pueblos de Otawwa, dado que la Pontiac hizo lo mismo).
Unas fotitos de las distintas versiones que tuvo, el modelo Catalina, donde se aprecia la transición que realiza desde el típico modelo década del cincuenta, hasta transformarse en un deportivo reconocido como muscle car, en 1967.