Ayer lo vi en persona. Era la versión hatchback, color blanco. Ciertamente aquel color no le hace mucho favor: se ve pequeño, pese a tratarse de un color claro. Las plazas traseras parecen una celda.
La versión era la V automática ($15.500.000 y fracción, sin contar permiso, impuesto y flete -o sea, 16 millones y fracción en total-).
Me llamó la atención que esa versión no trae keyless. El piano black de la parte inferior trasera será un fiasco en un mes, acumulando rayas y polvo. La parrilla delantera, de buen diseño (panal de abeja), debe ser latoso de limpiar.
El pilar C se ve nefasto (quizá en otro color cambia la percepción).
Por más que le doy vueltas, no encuentro motivo determinante para pasar a la generación a igualdad de versión.
Espero manejarlo pronto y ver si es cierto lo de la mayor insonorización, que sería un punto fuerte respecto del anterior.