la diferencia, es que en cualquier momento llega un McKinsey y sacan la grasa de una, en el sistema publico sacar a un contrato indefinido es literalmente imposible, lo puedes sumariar y pasar años en el proceso
Si el tema en el servicio público es que en el empeño por "atraer talentos" se desvirtuó totalmente la cosa.
La última gran reforma al sistema público de contrataciones, partía de algunas premisas simples: (i) al sistema público se va a servir (= no esperes los sueldos más altos); (ii) el servidor público tiene derecho a la capacitación (lo cual permite apuntar a los asensos); y (iii) como contrapartida al punto i, el servidor público es dueño de su cargo (inamovible).
Es obvio que para muchas personas un trabajo por un sueldo más bajo que el equivalente en el mercado, pero que ofrece estabilidad y posibilidades de asenso es atractivo. Pero probablemente, no fue muy atractivo para los más talentosos, que ven que tienen posibilidades de ganar sueldos mucho mayores en el sistema privado. Aquí también hay un tema de "patriotismo" o falta de interés en el servicio.
Y entonces a alguna mente brillante se le ocurrió que para mejorar la calidad del aparato público hay que "atraer talentos" y que, para eso, los sueldos tienen que ser competitivos con los del mundo privado. Se han creado N bonos y asignaciones para mejorar sueldos de funcionarios públicos, algunos bimensuales, otros trimestrales, a veces anuales, a veces mensuales... en la mayoría de los servicios, la remuneración asignada al "grado" es tremendamente inferior a la real, porque hay una serie de asignaciones adicionales.
Para ser justos, algunas ideas de asignaciones fueron buenas (aunque quizás no muy inteligentemente aplicadas). Pero el resultado final ha sido que en el sistema público, en promedio, los sueldos son significativamente más altos que en el sistema privado (a paridad de grado educacional y experiencia) y que, además, los funcionarios son inamovibles.
Por supuesto que todo lo anterior sólo corre para las plantas fiscales.
Porque, obvio, el sistema público se llenó de amigos bien pagados y a veces es necesario agregar a más personas para hacer la pega (a veces porque objetivamente faltan manos, otras porque las "plantas" no trabajan y otras veces por una mezcla de las dos anteriores). Entonces tenemos al Estado que, al mismo tiempo que sanciona con las penas del infierno a los privados que no pagan cotizaciones, tiene un porcentaje gigante de sus trabajadores sin cotizaciones bajo la figura de la contrata a honorarios.
En fin, esto sí que fue desviación del tema.